Vomitoriums no tenían nada que ver con el vómito

La creencia popular dicta que los antiguos romanos disponían de recintos especiales denominados Vomitoriums. Lugares a los que se acudía con el propósito expreso de vomitar tras ser partícipe de un gran banquete. Sin embargo, los vomitorios no eran otra cosa que pasillos muy largos estratégicamente ubicados en anfiteatros y lugares públicos.

Vomitoriums no tenian nada que ver con el vomito1

El objetivo del vomitorio era facilitar el tránsito de una gran cantidad de personas a través de estos lugares. En la Antigua Roma, el término “vomitorium” se empleó para describir la “expulsión” de personas, en lugar de la expulsión de comida parcialmente digerida. No está del todo claro cómo surgió esta confusión.

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Sin embargo, se sospecha que es culpa de los primeros historiadores cuya capacidad de interpretar correctamente el latín dejaba mucho que desear. Quizá interpretaron el término “vomitorium” de forma literal.

La falsa idea de los Vomitoriums.

Resulta probable que escucharas sobre el vomitorium de algún profesor de historia o amigo que leyó el dato curioso en algún lugar. Aunque existen varias versiones de esta falsa idea, la mayoría converge en que la élite romana empleaba este recinto para vaciar sus estómagos intencionalmente. Supuestamente, el objetivo de vomitar toda esa comida era hacer espacio para seguir participando en el banquete.

Pero, la realidad es que jamás existió un recinto o habitación para tal fin. No existe evidencia alguna en la literatura que vincule a la antigua población romana con esta práctica. El vomitorium sí existió y, de hecho, muchísimos romanos llegaron a utilizarlo, aunque no para el propósito que estás pensando.

anfiteatro romano

El término vomitorium deriva de la palabra en latín clásico “vomere”, que literalmente significa “vomitar”. Aunque podría argumentarse que el término hace referencia al acto de vaciar el estómago, en la Antigua Roma lo usaron para referir a los extensos pasillos que servían como entrada/salida en los anfiteatros.

De ahí la sospecha de que fueron los primeros historiadores, que no sabían leer latín, los que tergiversaron el significado de vomitorium. Concluyendo que se trataba de un recinto especial donde las personas acudían, bueno, a vomitar.

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