Quitan celular a 97 jóvenes durante una semana y sucede esto

Con fines de investigación, un grupo de 97 jóvenes fue privado del uso de teléfonos celulares durante una semana. Y el surgimiento de una variedad de síntomas, incluida la ansiedad e inseguridad, parece confirmar una enorme dependencia hacia estos dispositivos. Tras el surgimiento de los teléfonos inteligentes, los celulares se transformaron en protagonistas de nuestro día a día.

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En Internet abundan los videos de personas que tienen accidentes por estar mirando el celular. Algunos incluso con resultados fatales. Basta con subir al metro para darse cuenta que la gran mayoría están “pegados” a la pantalla de su celular. Algunos incluso llegan a perder su estación de destino por la enorme distracción que suponen. Las convivencias entre amigos y familiares ya no son como antes, ahora se trata de un convivio entre dispositivos móviles.

Estas reuniones se convirtieron en la oportunidad perfecta para mostrar toda clase de cosas en el celular. Y eso si cada uno de los asistentes no está metido en sus propios asuntos virtuales. Los jóvenes lideran esta tendencia, aunque siendo sinceros no son los únicos que están constantemente en el teléfono, pero destacan en ese contexto. Por ello, muchas personas se preguntan:

¿Qué sucedería si los jóvenes se quedaran sin celular?

Es precisamente esta cuestión la que buscó resolver una investigación en la que participaron varias universidades europeas. El estudio estuvo liderado por profesores de la Universidad Complutense de Madrid, en España. Pero, también colaboraron investigadores de la Universidad de Viena y de la Universidade da Beira Interior, en Portugal . Un total de 97 voluntarios, jóvenes entre 15 y 24 años, formaron parte de un experimento pionero en territorio europeo.

El estudio inició en mayo de 2020 y está previsto que concluya a finales de 2023. Sin embargo, los resultados preliminares ya son divulgados por la emisora Cadena SER. Entre mayo y julio del presente año, los participantes fueron “monitoreados” durante tres semanas mientras utilizaban sus teléfonos celulares.

El experimento.

En la primera semana, solo se les permitió utilizar el dispositivo cinco horas al día. En promedio, el 80% de ese tiempo lo destinaron a navegar en redes sociales (WhatsApp, Instagram y TikTok, en ese orden particular). Una rutina que se considera normal. Sin embargo, durante la segunda semana del experimento se quedaron sin dispositivos. Previamente, se les solicitó que escribieran en un diario las emociones que experimentaban en ese lapso.

adiccion al celular

Entre las principales observaciones destacan la ansiedad, incomodidad, inseguridad y agonía. Además, admitieron su dependencia. Muy pocos refirieron experimentar una mayor libertad. “Sentía la necesidad de tener el celular junto a mí”. “Me producía ansiedad que el teléfono estuviera lejos”. “Me tranquilizaba el simple hecho de tener el dispositivo un poco más cerca”. “La ansiedad resultó incluso mayor que cuando intenté dejar de fumar”, son algunas de las frases escritas por los jóvenes.

En la última semana, los jóvenes pudieron volver a utilizar el teléfono cinco horas al día. Todos los voluntarios admitieron que eran adictos al celular, y esa semana previa sin poder usarlo se los confirmó. Corroboraron que su vida entera gira alrededor de un teléfono. Además, la mayoría también se percató de que el celular consume mucho tiempo de su día a día.

¿Una vida sin teléfono celular?

Igualmente, se dieron cuenta de que esa dependencia dificulta las relaciones familiares en el hogar. Cuando les quitaron el celular, después de la cena hablaban con sus padres en lugar de perder el tiempo en TikTok hasta quedarse dormidos. En otras ocasiones veían una serie en familia, en lugar de aislarse como de costumbre. Además, durante esa semana se terminaron todas las discusiones familiares sobre el teléfono.

Tampoco es muy sorprendente que su atención en las clases y calidad de las tareas mejorara notablemente. Incluso empezaron a leer. “Hacía seis años que no terminaba de leer un libro entero”, señaló uno de los jóvenes. Los investigadores también analizaron la forma en que procesan las noticias a través de las redes sociales. Y en esa semana que se quedaron sin el celular, tuvieron que buscar para informarse.

Pese a todo esto, los jóvenes no conciben una vida sin teléfono celular. Aunque, en caso de que algo así llegara a sucederles, consideran estar preparados para afrontar la situación.

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