¿Qué son los planetas súper habitables?

En rincones distantes del universo, probablemente existen lugares tan llenos de vida que minimicen a los mejores paraísos terrestres haciendo que parezcan tan inhóspitos como un desierto. Un sitio de esta naturaleza se denominaría planeta súper-habitable: una categoría planetaria recién catalogada donde se incluyen sitios más propicios para la vida que la Tierra.

planeta parecido a la tierra

Parece ciencia ficción; sin embargo, el concepto fue acuñado por primera vez en 2014 a través de una publicación en el periódico científico Astrobiology. René Heller, de la Universidad McMaster, en Canadá, y John Armstrong de la Weber State University, en Estados Unidos, revelaron que encontrar estas atractivas posibilidades ni siquiera era complicado.

La vida útil de un planeta habitable.

En primer lugar, encontramos la expectativa de vida de un planeta. A nuestro planeta podemos compararlo con una estrella de rock: un astro de vida intensa que, irremediablemente, morirá joven. La Tierra nació hace aproximadamente 4,600 millones de años, en medio de un ambiente turbulento en el que durante cientos de millones de años sufrió impactos de asteroides que terminaban derritiendo su superficie. Cuando la situación empezó a calmarse, hace 3,800 millones de años, inmediatamente surgieron las primeras formas de vida, según podemos constatar en los registros fósiles.

Desde nuestra perspectiva, la historia biológica de nuestro planeta ha sido miel sobre hojuelas. Según los científicos, el secreto para que todo saliera tan bien fue la presencia de agua en estado líquido. Por supuesto, esto sólo es posible gracias a que la Tierra se ubica a la distancia correcta del Sol, ni muy lejos, ni muy cerca. En la zona habitable del sistema planetario.

Pero, el espectacular planeta Tierra posee una fecha límite. El envejecimiento del Sol provoca que la estrella aumente su tamaño y emisión de radiación. Esto quiere decir que la zona habitable se irá desplazando gradualmente. En poco más de mil millones de años, nuestro planeta será excluido de esta privilegiada zona.

planeta incinerado por el sol
Irremediablemente el Sol terminará destruyendo a la Tierra a medida que aumente de tamaño.

Probablemente, los océanos terminen evaporándose por completo y el efecto invernadero se salga tanto de control que nuestro planeta alcance temperaturas de 400 °C, como sucede en Venus. El oasis para la vida que alguna vez fue la Tierra irá desapareciendo para dar paso a un mundo completamente hostil. Y la culpa la tiene nuestra estrella madre, que desgraciadamente se desarrolló como una enana amarilla.

Estrellas ideales para la vida.

Sin embargo, allá afuera existen estrellas cuya vida es mucho más extensa: las enanas rojas y naranjas, un poco más pequeñas que nuestro Sol. Entre menor es el tamaño de una estrella, mayor es el tiempo que vive y tarda más tiempo en incrementar su temperatura. El único inconveniente es que la dichosa zona habitable es directamente proporcional al tamaño de las estrellas. Cuando hablamos de las enanas rojas, cuya masa puede representar un 60% de la que posee el Sol, esto se traduce en un problema.

Los planetas en la región indicada se encontrarían tan cerca de la estrella que, probablemente, el campo gravitacional los bloquearía, manteniendo siempre la misma cara orientada hacia la estrella. Por otro lado, las enanas naranjas, que poseen entre 60% y 90% de la masa solar, conservan sus zonas habitables a una distancia razonable, liberando a los planetas de ese bloqueo gravitacional.

De esta forma, se cree que en zonas habitables de las estrellas enanas naranjas existirían planetas similares a la Tierra cuya existencia sería más prolongada. En nuestra casa, el tiempo resultó factor esencial para el aumento gradual en la biodiversidad. Por eso, suponemos que los planetas orbitando enanas naranjas más viejas que el Sol pueden alcanzar un nivel de super habitabilidad.

Un ejercicio de imaginación muy interesante sobre este tema es Solaris, una película de origen ruso estrenada en 1972 con un remake estadounidense hecho en 2002. La trama propone la existencia de un “planeta consciente”, un sitio donde la vida evolucionó durante miles de millones de años hasta convertirse en un único cerebro gigantesco. Probablemente sea una exageración, pero si algo de esta naturaleza existe en algún rincón del mundo probablemente sea en la zona habitable de una enana naranja.

Planetas súper habitables o supertierras.

Lo más interesante es que los hipotéticos planetas ancianos podrían estar más cerca de lo que suponemos. Alfa Centauri B (parte de un sistema de tres estrellas unidas gravitacionalmente) es la estrella más próxima al Sistema Solar y también una enana naranja. Entonces, sería el sitio ideal para buscar uno de estos planetas súper habitables, según Heller. Junto a Armstrong, el investigador hace énfasis en que algunos factores para la manutención de la habitabilidad en la Tierra podrían verse potenciados en otros planetas.

El dúo cita la actividad tectónica, un fenómeno que permite el reciclaje constante de carbono entre la superficie y el interior del planeta. También encontramos la existencia del campo magnético, el escudo que ha protegido a la vida en nuestro planeta de la peligrosa radiación cósmica. En ambos casos, planetas más grandes con hasta 150% del diámetro terrestre parecen conservar esta actividad geológica y magnética durante mucho más tiempo. Por eso, resulta probable que algunos de estos planetas rocosos gigantes, que los astrónomos suelen referir como “supertierras”, sean más propicios para la vida que nuestro propio mundo.

Tierra y supertierra
Tierra vs Supertierra.

Archipiélagos globales.

Pero la cosa no termina allí. Es muy probable que planetas ligeramente más grandes que la Tierra logren soportar una atmósfera un poco más densa. Esto se traduce en una mayor cantidad de viento y montañas más planas. Una superficie más regular a escala global podría llevar a un planeta con grandes océanos a convertirse en una especie de archipiélago mundial, donde el área terrestre total se distribuye en pequeños trozos de forma más homogénea por todo el globo.

En la Tierra aprendimos que las islas funcionan como motores para la biodiversidad. Cuando la vida se aísla en una región geográfica, se reduce el tamaño de la población y acelera la evolución, lo que provoca una diferenciación más rápida. Por eso, un planeta archipiélago tendría todo para convertirse en súper habitable. No sólo dejaría atrás a nuestro mundo en este ámbito, también tendría muchas más playas.

tormentas distantes en otros planetas

“Si reunimos todas estas deducciones sobre las características importantes para la habitabilidad, encontramos que los planetas súper habitables serían ligeramente más grandes que la Tierra y con estrellas madres un poco más pequeñas y menos brillantes que el Sol”, apunta Heller. “De ser correcta, esta conclusión es emocionante pues, a distancias interestelares, las supertierras que orbitan estrellas pequeñas son más fáciles de detectar y estudiar que sistemas parecidos al Tierra-Sol. Hasta ahora, las estadísticas arrojadas por las investigaciones de exoplanetas sugieren que supertierras orbitando estrellas menores son sustancialmente más abundantes en toda la galaxia que análogos de la Tierra y el Sol. Aparentemente, los astrónomos disponen de muchos más lugares intrigantes para buscar vida de lo que se pensaba”.

La vida más allá de los planetas.

Finalmente, debemos tener en cuenta la predisposición que tenemos a buscar vida en otros planetas pues nosotros mismos nacimos en uno. Sin embargo, Heller señala que las lunas puedan ser lugares todavía más aptos para la biología.

Supongamos la existencia de un planeta gigante gaseoso, como Júpiter o Saturno, situado en la zona habitable de una estrella. Ahora, imaginemos una luna de dimensiones considerables (tal vez del tamaño de la propia Tierra) que gira alrededor de este planeta colosal. Esta hipotética luna tendría a disposición múltiples fuentes de energía: además de la radiación proveniente de la estrella madre, recibiría luz y calor reflejados por el planeta gigante.

luna lena de vida
La vida en una de estas lunas sería muy posible.

Mejor aún: la enorme gravedad del planeta calentaría el interior de esta luna, propiciando más condiciones para el surgimiento de la vida en aguas profundas. Con todas estas fuentes de energía, resulta probable que aparezcan hábitats capaces de albergar vida en mucho mayor proporción de lo que observamos en la Tierra.

Evidentemente, estos planetas súper habitables sólo existen en nuestra imaginación. Aunque una nueva generación de satélites ya los busca con esmero. Por ejemplo, el Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (Tess) de la NASA está buscando supertierras alrededor de estrellas cercanas. Otro proyecto prometedor es el Telescopio espacial James Webb, cuya fecha de lanzamiento se ha aplazado, pero una vez terminado nos permitirá conocer la composición de los gases en la atmósfera de estos mundos. Es muy probable que, en el transcurso de la próxima década, logremos identificar muchos planetas super habitables.

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4 comentarios en «¿Qué son los planetas súper habitables?»

  1. Ahora solo falta resolver eso de viajar a la velocidad de la luz, la criogenia y eso de los películas de ir “despertando” camadas de humanos que guíen la nave hasta llegar al destino, eso si es que no nos destruye algo antes o entre nosotros nos hacemos pedazos por controlar un punto en el universo.

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  2. Si existen planetas así, han ser paraísos fuera de este mundo (literalmente xd) unos lugares como esas historias y películas de fantasía o que a ningún escritor de historias fantásticas se le pasó por la mente. Pero aún así, no tenemos que ver a nuestro planeta como un objeto de usar y tirar, es el único que tenemos y esos planetas pueden ser hipotéticos y nosotros perdiendo el tiempo buscando unos planetas que puede que existan o no cuando hay algo más real y más cercano y lo tenemos todo para solucionarlo

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  3. Que ironia, se gasta tanto dinero buscando otro planeta para habitar (Que a mi punto de vista no existe) en lugar de tratar de salvar lo que ya tenemos y que nosotros mismos eatamos destruyendo.

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    • Son como aquellos que defienden el aborto con todo ese entusiasmo, pero cuando le hablan sobre paternidad y maternidad responsable, se quedan callaitos

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