Mauricio Garcés

Mauricio Garces

Mauricio Garcés nació el 16 de diciembre de 1926 en Tampico, Tamaulipas, fue un actor mexicano recordado especialmente por su representación satírica en varias películas del galán seductor, maduro y sofisticado de alta sociedad; popularizando e implantando en el habla mexicana las frases «Las traigo muertas…», «¡Arrrroz!» y «Debe ser horrible tenerme y después perderme…».

Estudió ciencias químicas en la universidad, habiendo de abandonar la escuela para ayudar a ganar dinero en la casa. Ejerció varios empleos hasta que su tío Tufic Yázbek, un popular fotógrafo de estrellas de cine, ayudó a introducir al joven Mauricio de poco más de 20 años en el mundo de la farándula mexicana.

Su carrera como actor contó con el apoyo de otro tío, el productor José Yázbek, quien lo incluyó en el reparto de La muerte enamorada (1950), comedia estelarizada por Miroslava Stern y Fernando Fernández. A partir de esa película, Mauricio adoptó el apellido artístico Garcés por considerar que la letra G podría traerle buena suerte y convertirlo en una estrella del calibre de sus ídolos Clark Gable, Gary Cooper y Cary Grant.

Inicialmente su carrera estaba enfocada al género dramático y de suspenso, interpretando versiones serias de galanes. La versión cómica del personaje de galán otoñal, elegante y mundano que lo hiciese tan famoso fue desarrollándose al ir interpretando en varias ocasiones papeles similares en películas cuya temática se iba haciendo cada vez más ligera y cómica.

Este personaje finalmente queda plenamente desarrollado en Don Juan 67. Fue la primera de una serie de comedias fílmicas en las que interpretó a su alter-ego Mauricio Galán al lado de las más bellas actrices de la época como Maura Monti, Silvia Pinal, Zulma Faiad, Elsa Aguirre, Rossy Mendoza, Nora Larraga “Karla”, Patricia Aspillaga, Amedeé Chabott, Irlanda Mora, Barbara Angely, Marcela López Rey, Isela Vega, Norma Lazareno entre otras. El matrimonio es como el demonio (1967), Click, fotógrafo de modelos (1968), El criado malcriado (1968), Departamento de soltero (1969), Fray Don Juan (1969) y Modisto de señoras (1969) son algunos de los títulos más populares de la extensa filmografía del “zorro plateado”.

En la última década de su vida, su salud se ve afectada por su adicción al tabaco muriendo de enfisema pulmonar en 1989. Perdió grandes cantidades de dinero por su afición a las apuestas y juegos de azar, cosa que hizo muy complicado el costo del tratamiento de su enfermedad en los últimos años de su vida.

Paradójicamente, en contra de sus interpretaciones de galán conquistador de mujeres, Mauricio Garcés era de personalidad tímida y retraída. Permaneció soltero a lo largo de toda su vida, si bien vivió un romance con la actriz Silvia Pinal, por diferencias ideológicas no contrajeron matrimonio.

  • Se cree común y erróneamente que Mauricio Garcés le dio voz a la mascota de los lubricantes Bardahl, una figura humanizada de un auto clásico de color rojo llamado “Carrazo”. Sin embargo, se sabe que el equipo publicitario que realizó los anuncios a principios de los años ochenta pensó en una voz similar a la de Garcés para proyectar la imagen de un auto vigoroso y varonil.
  • El era fan de ping pong (tenis de mesa) y en una ocasión invitó al campeón mundial y olímpico de este deporte a su casa, Mauricio Garcés no podía quedarse sin jugar ping pong con el campeón. Para sorpresa de muchos, Mauricio le ganó todas las partidas dejando asombradas a todas las personas presentes.
  • Intentó conocer Líbano, la tierra de sus ancestros, pero le fue negada la visa de entrada a ese país, lo cual le afectó profundamente.

Auto entrevista a Mauricio Garcés.

De repente entró ella como tromba en la casa, se plantó en el centro de la estancia y exclamó con firmeza: -”Buenas tardes, soy de “La Familia””… Como un solo hombre nos levantamos mis hermanos y yo, y le dimos un besote. Se puso roja, amarilla, violeta y gris, y después de una larga, pero larga pausa, con voz muy débil musitó : -”Bueno, soy de la familia, sí, pero de la Revista “La Familia”. Entonces, claro, le devolvimos su beso.

-”Soy periodista”, dijo. Inmediatamente mi hermano el mediano profirió una exclamación de horror:
-”¡Dios mío! ¿qué he hecho…?”
-”¿Qué has hecho?”, le preguntamos.
-”¿Se te hace poco? Es la primera vez que beso a un periodista”
-” ¡ Y la última ! ” gritó su esposa, lo metió de un cachetadón al coche y se lo llevó a su casa.
Mi otro hermano, casado también, hizo mutis discreto… Todos se fueron, todos… menos mi mamá.
-”¿Qué pasa” le pregunté, “es que desconfías de mí? Movió la cabeza 14 veces de abajo hacia arriba.
-”Cómo, mamá, pero me crees capaz de …”
-”¡m m mjú!”
-”Pero acaso supones…”
-”¡¡Sí!!!”, gritó…, y mi mamá se quedó.
-”Queremos que pose para la Portada de nuestra Revista, y necesitamos también un reportaje”

Accedí gustoso, pero no ese día. Acababa de estar con el dentista. El dentista… Uds. ya saben, es ese señor que come con los dientes de los demás.

Había ido en la mañana a verlo, con esa esperanza grande que llevamos todos cuando vamos a ver al dentista; la esperanza de que no esté. ¡ Pero si estaba ! ¿Por qué? ¡ No lo sé ! Pero estaba, allí estaba… los dentistas siempre están…

-”Me duele la muela”, dije.

Se metió dos horas dentro de mi boca y cuando salió ya no me dolía la muela… me dolía la quijada, la garganta, y los ojos… hasta los botones de la camisa.

En ese estado estaba cuando entró ella y dijo que era de la familia. Estaba de un humor que si hubiera sido hombre le hubiera partido la sien de un silletazo. Pero como era mujer, y atractiva por cierto, pues le di un besote.

A los dos días regreso con un fotógrafo y tomo las fotos que están viendo aquí. Me dispuse a contestar sus preguntas para la entrevista, pero ni se movió. Sólo me dijo: “Hágase la entrevista Ud. solo”, y se fue.

Y hete aquí que me la estoy haciendo. Y lo peor es que me gusta. Me puedo preguntar lo que sea, contestar lo que quiera y hablar de lo que se me antoje… Además me gusta porque ahora si, lo que Ud. Lea aquí, no lo inventó nadie, ¡lo dije yo!

Una vez lei en una Revista, donde aparecia una pequeña biografía mia, que yo habia nacido en Chihuahua en 1914, me habia divorciado tres veces, y actualmente e s t a b a c a s a d o con una portorriqueña con la que tenía dos hijos. Primero me reí, pero después me asusté. Lo decían con tanta seguridad que a lo mejor era cierto. Soy tan distraído… Fui corriendo a ver a mi mamá.

-”Mami, ¿dónde nací?”
-”En Tampico”
-”¿En qué año?”
-”En 1926?
-” Dime … ¿has visto por aquí en la casa a alguna portorriqueña con dos niños?”
-” ¡ No ! , al que vi fue a tu hermano Edmon esculcando tu pantalón”
-”Mami, ¿cuántas veces me he divorciado?”
-”¿Cuántas veces te has casado?”
-”Pues no estoy muy seguro, pero creo que ni una”
-”Entonces me quieres explicar, animal, ¿cómo puede alguien divorciarse si no ha estado casado nunca?”
-”¡ Eso es lo que yo digo !, pero como aquí en esta Revista dice… pues…”
-”¡ Mentira ! Si hubieras nacido en Chihuahua yo lo sabría. No naciste en Chihuahua porque yo nunca he estado en Chihuahua, y si soy tu mamá , ¿cómo puedes haber nacido en Chihuahua si nunca estuve en Chihuhua ? ¡ En cuanto a que estés casado , tampoco es cierto!”
-”¿Estás segura?”
-” ¡Claro! ¡Mira… aquí tengo la prueba! ” Me llevó a su closet y lo abrió.
-”¿Cuántos sombreros ves?”
-”Dos”
-”¡Ahí tienes! Está claro, ¿no?”
-”Pues… muy, muy ¡no!”
-”¿ Cómo que no ? Cuando un hijo se casa, la mamá estrena sombrero, ¿ correcto ? Ustedes, mis hijos son tres. Dos casados; puesto que tengo dos sombreros, s i t ú t e hubieras casado ¿ cuántos sombreros tendría?”

Saqué papel y lápiz, me encerré en mi cuarto, y a las dos horas, perleando sudor, salí exclamando:

-”¡ Madre ! Ya tengo la solución. Si yo estuviera casado, tu tendrías tres sombreros. ¡Tres!”
-” ¡ Bravo ! ” , exclamó mi madre. ” ¡Ese es mi hijo! ¡Qué brillantez! ¡Qué reflejos! ¡Qué mentalidad… con razón eres actor!”. Y me dio un beso que casi se lleva la mitad de mi bigote. Pero yo todavía no terminaba con ella.
-”Mamá, ¿dónde nací?”
-”Cómo, ¿ pero estás hablando en serio ?, ¿ no sabes acaso dónde naciste ? , ¿ o te estás haciendo el chistoso?”
-” ¡ Pues no sé, mamá!” grite enojado. ” ¡ Ni tampoco tengo por qué saberlo ! Como quiera que sea, creo que cuando me diste a luz, estaba bien chiquito en ese momento, y no considero justo que a una gente de dos horas de edad se le exija que sepa de corrido la Geografía ¿verdad?”

Pausa…

-” ¡Tienes razón, hijo mío! ¡No había pensado en eso! Naciste en Tampico”
-”¿Qué año?”
-”En 1926?
-”¿No fue en el ‘14?”
-”En el 14 fue la guerra”
-”¡En esta Revista dice que fue en el ‘14!
-”¡Miente! ¡Si lo sabré yo!… En el ‘14 no habia nacido ni tu hermano mayor. Y si el mayor no habia nacido, ¿cómo puede nacer el chico? Si el chico hubiera nacida antes que el mayor, el mayor sería el chico, y el chico el mayor ¿o no?”

La lógica era aplastante. Mi madre tenía razón. Yo hubiera nacido en el ‘27, no en el ‘14; además, si hubiera nacido en el ‘14 pues me acordaría bien. Como quiera que sea, en esas fechas había una guerra ¡y las guerras hacen mucho ruido! Pensando, pensando, empecé a recordarlo todo yo solo:

Hasta los 7 años estuve en Tampico. Me acuerdo porque todos los días me quejaba del calor.

-”¡Mamá!”
-”¿Qué?”
-”¡Hace un calor de los diablos!”
-”No te quejes muchachito, que te va a castigar Dios”
-”¿Qué tiene que ver Dios con que haga un calor de los diablos?” ¡No quiero que se tome esto como una irreverencia! Yo estaba chico. No sabía entonces que Diosito sí tiene que ver con que haga o no haga mucho calor.
-”Dios tiene que ver en todo”
-”¿También en Tampico?”
-”¡También! Y ya no blasfemes o te repito que te va a castigar”

No quedé muy convencido, y terco como soy, insistí.

-”¡Pues hace un calor de los recontra diez mil diablos!”

A la media hora se soltó el primer ciclón… Volaron techos, árboles y casas, se desbordó el Pánuco y se inundó la ciudad. Al otro día el huracán llegó a su clímax. Todo estaba destruido. Y después… ¡la calma!

Todavía estaba yo debajo de la cama (estuve cuatro días). Me asomé con timidez. Ví los zapatotes de mi papá, los zapatos de mi mamá, los zapatitos de mi hermano el grande… y a mi hermano el mediano no le vi sus tenis porque yo los traía puestos… y eso lo tenía furioso. Me asomé más. Mi mamá fue la primera en hablar:

-”¿Sigues con calor, chulito?”
-”¡Más bien, tengo friíto!”
-”¡ Pues es lo único que tienes !” rugió mi papá, “¡ porque el río se llevó la tienda y no nos queda nada!”

Empacamos y nos venimos a México… Aquí hice la primaria y secundaria. Fui un alumno notable. ¡Si señor, hice 4 años en uno! Estuve 4 años en segundo de secundaria.

Me acuerdo que quería seguir la carrera de Ciencias Químicas, pero el Destino influyó para que no fuera así. Bueno, el Destino y un amigo mío que se llamaba, se sigue llamando, Carlos Hernández Parcero. No como yo, que me llamaba Mauricio Féres Yasbek y ahora me llamo Mauricio Garcés.

Carlos (chico correcto y bien hablando como todo alvaradeño), quería que siguiera con el la carrera de Leyes, y yo insistía en la Química; él, Leyes; yo, Química; él, Leyes; yo, Química… En esta discusión nos pasábamos mañanas, tardes, todos los días, y meses enteros, hasta que venía el Coime, nos decía “¡Tiempo!”, se llevaba los “tacos” y las bolas y cerraban el billar. Resultado, ni él es licenciado ni yo soy químico, pero no hay quién nos pare enfrente en “pool-bolita”.

Después de eso, a Carlos lo mandaron “voluntariamente” a estudiar a los EE. UU. Y yo preferí el trabajo al estudio. Hice de todo. Trabajé en Salinas y Rocha, ¡vendí relojes, fui corredor de alhajas, trabajé como periodista!… cualquier cosa, con tal de llegar a tiempo a la primera carrera del Hipódromo.

Lo que determinó que fuera actor, fue el inconsciente de mi tío José. (El es el culpable, ¡lo juro! ¡Pregúntenle a mi mamá! ¡Bien sabe Dios que yo soy inocente!). ¡Se hizo productor! Y claro, yo quise entrarle como actor. Era divertido, ¿ no ? Claro que sí , y fue divertido. Bueno… cuando menos para mí. El que no se divirtió ni tanto fue el director, ni tampoco Luis Aguilar que hacia el papel principal. Pero la verdad es que eran muy ” delicados “. Por 38 ” tomas ” hacían un escándalo… La película se llamó ” El Señor Gobernador”. En “Radio Patrullas” mejoré mucho.

A la ventisieteava “toma” estaba lista mi escena.

Así, hice cinco películas. Pero no estaba satisfecho con mis actuaciones. Yo no estaba satisfecho. Bueno … yo, el director, el productor, el asistente, México y el mercado extranjero. Así es que me “retiré”, para empezar por el principio.

Consideré la TV como una buena escuela. Y ahí empecé haciendo “papelitos”. Pero algo aprendí. No era para menos. Trabajé con Rambla, con Silvia, con Banquells, con la extraordinaria Guilmain, con Lucy, con Aldo… ¡No! ¡mentira!, ¡con Aldo no!
Y así me fui hasta que hice Gutierritos. Una serie que conmocionó a la ciudad y en la que hice un papel (Jorge Contreras) que me dio una popularidad con la que no contaba ni mi mamá, que me quiere mucho.

Hice después mi propia serie, “Cita con Mauricio”. ¡Dicen que fue muy divertida! No lo sé. Lo que sí sé es que Chucho, Lulú, Josefina y yo, ¡nos divertíamos como cosacos! Tuvo mucho auditorio. Tanto, que cuando se venció mi contrato decidí aprovecharme y pedir más dinero. Estaba seguro de que me lo darían ¡no cabía ni la menor duda! ¡Segurísimo que me lo daban! Fue entonces cuando entró Aldo Monti.

Me llamaron del cine y creo que puse un récord. Aunque usted no lo crea, ¡hice 15 películas seguidas en sólo dos años ! Después vino una crisis cinematográfica y otra vez, este año, bato un nuevo récord… ¡en ocho meses no llevo ni una!…
Así me llamaron de Nescafé, y aquí experimento una satisfacción grande. Me contrataron por cuatro programas y llevo 19.

Aparte de eso empiezo una serie nueva con Ofelia Guilmain que se llama “El Arte de Amar”. Y eso es todo.

Mauricio Garcés.

P.D. Ni me parezco a Clark Gable, ni me pinto las canas. ¡Son mías! Claro. ¡Sufro tanto!
No tengo “hobbies”, ni me enamoro de todas las actrices con las que trabajo. Sólo me enamoré de una de ellas, y fue un amor tan secreto, tan secreto, que ya casi ni yo mismo me acuerdo de quién era.

Lo que más me gusta es oír que la gente se ría. Me gusta tanto que como no lo logro en mis comedias, entre mis pasatiempos trato de inventar chistes, para que después me los cuenten a mí.

A propósito, acabo de inventar uno. ¡Es muy cruel! ¡Muy cruel! Y dice así:
-”Mamita, ¿por qué soy tan feo?”
-”¡Cállate niño, y dame mi thaliodomida!”.

Las mejores frases de Mauricio Garcés.

“La gorda me descompuso el click.”

“Debe ser horrible tenerme y después perderme.”

Me estás perdiendo.. Me oyes..!

Mondongo.

“Hello Little Little Little Mother.”

“La Bata Negra de Terciopelo.”

Y por ultimo, algunas imágenes de las bellezas femeninas de aquella época, El maestro Don Mauricio Garcés trabajo con varias de ellas.

Enlaces:

Fuente:

Imágenes:

Canal de YuoTube donde se puede ver una gran cantidad de sus películas:

16 comentarios en «Mauricio Garcés»

  1. Interesante reportaje mini biográfico de los grandes de la comedia mexicana y de América Latina….Mauricio Garcés. Y me quedé sorprendido en saber que la famosa Tigresa…IRMA SERRANO trabajó con el gran galán. Me interesa saber en que película trabajaron La Tigresa y Mauricio, por favor, espero saber en mi correo, si es mucha molestia. Gracias y bendiciones.

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  2. Jjejeje quedó muy bien su auto entrevista, mejor que solo estar contestando preguntas de otro, yo siempre creí que “las voy a hacer pedazos” era una de sus frases mas celebres, no sé porque es de las primeras que vienen a mi mente cuando hablan de él… mira que ironía que era todo lo contrario a su personaje y muchas personas crecieron con el ideal de ser como él para traer locas a todas y ser un misogino arrogante, como sea, cada quien, en eso no me voy a meter… ahora que en sus peliculas marcó epoca y muchas peliculas fueron y siguen siendo muy buenas.

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  3. Querido diario, hoy OP no fue un Faggot.
    Me quito el sombrero, el vivira por siempre en las palabras de la gente.
    Y las mujeres, los seres mas hermosos que han pisado mexico hasta ahora. Las que viven en esta epoca, son unas pirujas.
    Gracias Hery, te rayaste, buen post.

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