Langosta, la peor de todas las plagas

El concepto que envuelve a las “were creatures” (“cambiador de forma”, de donde se deriva la palabra werewolf o “hombre lobo”) es que determinados animales inofensivos en su forma original pueden, bajo condiciones específicas, transformarse en criaturas peligrosas y destructivas, cambiando por completo tanto su comportamiento como su apariencia. Afortunadamente estos son muy raros en la naturaleza.

plaga langostas

Sin embargo, los humanos han tenido que soportar los efectos infernales de una were-creature desde hace miles de años. Y no nos referimos al mítico hombre lobo, que según la leyenda son hombres que se transforman en lobos salvajes con sed de sangre cuando hay luna llena. Para nuestra fortuna, los hombres lobo se quedan en el ámbito de la leyenda.

Pero existe algo tan malo y legendario como el hombre lobo. Algo cuyo potencial para provocar devastación y afectar a miles de personas es mucho más grande que cualquier otra cosa concebida por la ficción. Si lo dudas, puedes remitirte a la historia de los pioneros norteamericanos que se establecieron entre los siglos XVII y XX en las regiones inhóspitas y desérticas del medio oeste de los Estados Unidos. En aquella época no había nada más aterrador, tenebroso y devastador para la vida de esas personas que… un enjambre de langostas.

Imagina la escena: una familia de pioneros cuida de sus campos y especialmente de su plantación. Hileras de maíz o de otras plantas emparejadas unas atrás de las otras, plantadas durante toda la estación con enorme esfuerzo y dedicación. De repente, algo se avista en el horizonte del atardecer, una nube oscura que se mueve con rumbo y propósito.

La nube se aproxima con extrema rapidez y de un momento a otro está sobre toda la granja. Miles de langostas empiezan a llover del cielo. Gigantes, hambrientos e implacables. Los granjeros se apresuran para iniciar el fuego, el humo es lo único que confunde y ahuyenta a las langostas, pero en la mayoría de las ocasiones, estos son demasiados y nada puede asustarlos. Los insectos caen como una maldición sobre la plantación, rompiendo ramas con su peso conjunto y atacando al unísono. Se comen todo a su camino, todo lo que sea verde y puedan masticar, y lo hacen en cuestión de horas. Cualquier árbol o arbusto queda totalmente limpio de hojas. Y cuando el enjambre se va, ya no queda nada.

Esta era una historia muy común en la antigüedad. Hay informes de nubes de langostas de proporciones bíblicas viajando sobre un área de 200,000 kilómetros cuadrados en el medio oeste estadounidense. Nada los detenía, ni el fuego ni el veneno. Cuando los granjeros intentaban colocar barreras, simplemente las atravesaban.

Y en ciclos que iban de los tres a siete años, el terror se repetía. Las nubes se formaban y cosechas enteras se perdían. Innumerables personas terminaron en la miseria y en la ruina por culpa de las langostas, perdieron todo lo que tenían de un día para otro. Y después de atacar, las langostas simplemente se esfumaban. Ante esto, aquellas personas se preguntaban: ¿Dónde demonios se esconden estos animales y de dónde salen en primer lugar?

La falta de conocimiento hacía que los granjeros creyeran que las nubes de langostas eran señales de Dios para comunicar que estaba insatisfecho de alguna forma. En medio de la desgracia, las personas buscaban explicaciones metafísicas para su vida cotidiana. Además, estas tempestades de langostas eran citadas en la Biblia como uno de los castigos de Dios al pueblo de Egipto. Si las nubes aparecían en el medio oeste, sin duda los pobres granjeros habían insultado de alguna forma al todopoderoso.

¿O había una explicación racional?
plaga de langostas en egipto

El misterio fue resuelto en el año de 1921, cuando un etnólogo llamado Boris Uvarov inició sus estudios sobre el comportamiento de las langostas y relacionó su ciclo de vida al de otro insecto completamente distinto. Uvarov empezó a notar un comportamiento curioso en una especie de grillo. Aunque los grillos sean diferentes de las langostas, notó una especie con hábitos muy distintos a los de todos los demás grillos. Observó a los grillos de las praderas y descubrió algo increíble… encontró una were-creature.

Los grillos de la pradera tienen un ciclo de vida que se divide en cuatro etapas. Uvarov clasificó estas etapas en su teoría de las fases como solitaria, congregans, gregaria y dissocians.

En la fase solitaria los grillos viven por su cuenta y básicamente son los grillos que podemos encontrar en la naturaleza. Pequeños, verdes y limitados al suelo. Sus alas son pequeñas y son incapaces de volar grandes distancias. Su color generalmente es verde o café lo que refleja el hecho de que viven en las praderas.

Cuando se termina la etapa solitaria, los grillos empiezan a competir por recursos y muchos mueren de hambre. Es aquí cuando los insectos entran en la fase congregans. Se vuelven más oscuros. Las hembras empiezan a procrear a gran velocidad, depositando huevos en el suelo, huevos que son más resistentes que cualquier huevo normal del grillo de las praderas.

En la etapa gregaria es donde se presenta un cambio dramático. Como el hombre de la leyenda que se vuelve lobo, el grillo de la pradera sufre una transformación y se convierte en algo muy diferente. Los huevos de las hembras transaccionales eclosionan y dan origen a las langostas. Las proporciones del cuerpo y de la cabeza son muy distintas, una langosta es casi cuatro veces más grande que un grillo, sus alas son grandes y perfectas para recorrer grandes distancias. Su color ya no es verde pues no necesitan el camuflaje, ahora son oscuros, algunos negros y otros como una coloración anaranjada. Para cualquier efecto, son insectos completamente distintos.

Pero no solo difieren en apariencia. Estos animales nacen con un comportamiento distinto, su defensa la hacen en grupo. Cuando una camada surge es tan numerosa que nada en la naturaleza es capaz de competir contra ellos en velocidad. Las nubes están compuestas por millones de insectos, cada uno dotado de una mente comunal y actuando como si fueran única y colosal entidad. Imagina una nube formada por millones de individuos, capaz de cubrir kilómetros cuadrados de cielo, con un peso estimado en toneladas. Rápida, implacable, indestructible… la Biblia estaba en lo correcto cuando la definió como la más destructora de las plagas.

Afortunadamente estos animales son herbívoros y no son venenosos, aunque la fisiología de algunos contenga toxinas que pueden matar en grandes cantidades.

La fase gregaria hace que la población de langostas alcance proporciones dantescas. Se estima que habiendo alimento para mantener esas nubes, prácticamente no hay límite para su crecimiento exponencial.

Pero cuando la comida empieza a escasear, las langostas empiezan a liberar marcadores químicos como una alerta para que dejen de procrear. Inmediatamente la población empieza a disminuir y las nubes se desvanecen. La amenaza desaparece como si nunca hubiera existido. Las hembras de langosta colocan huevos que eclosionan como simples grillos de la pradera. Una vez que la were-creature ha sido saciada, regresa a su forma pacífica, como en las leyendas.

Uvarov demostró la transición entre dos especies distintas en la naturaleza y logró, gracias a su descubrimiento, contener el flagelo. Hasta entonces los granjeros se las veían negras contra las langostas, la forma “bestial” del grillo de la pradera. El científico mostró que, como sucede con las were-creatures, era mucho más fácil hacerles frente en su forma gentil.

Manteniendo baja la población de grillos, las langostas simplemente no aparecen. Los insecticidas y los métodos de esterilización fueron puestos en práctica y la población de grillos de la pradera se vino abajo. La última ola de ataques en el medio oeste norteamericano tuvo lugar a mediados del 1930. La extinción de una especie animal, en manos de los humanos, es algo malo, pero en este caso trajo beneficios para todos los habitantes.

Las nubes de langostas desaparecieron de América, pero en otras partes del mundo suelen ser una realidad. En África Oriental son responsables por gran parte del flagelo del hambre y la destrucción a gran escala.

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