El Síndrome de la Hija Mayor y sus consecuencias

El Síndrome de la Hija Mayor está adquiriendo mucha relevancia en los últimos meses. Aunque el fenómeno está presente desde hace muchos años, hasta hace poco se empezó a hablar del tema en Internet. Vale mucho la pena saber en qué consiste y por qué puede tener efectos negativos en la vida de los hijos.

Sindrome de la Hija Mayor y sus consecuencias 2

¿En qué consiste el Síndrome de la Hija Mayor?

El Síndrome de la Hija Mayor es un término empleado para englobar al conjunto de características y comportamientos observables en algunas hijas mayores de familias con múltiples hijos. Entre dichas características destaca un enorme sentido de la responsabilidad, perfeccionismo, madurez temprana, constante búsqueda de aprobación y una tendencia a asumir el rol de cuidadora de la familia.

Los expertos suelen coincidir en que dichas características son resultado de la enorme presión y expectativas que suelen poner sobre la hija mayor. Particularmente en lo que respecta al cuidado de sus hermanos y la adquisición de responsabilidades a temprana edad. El Síndrome de la Hija Mayor tiene potencial para afectar el desarrollo emocional de la niña. Además, influye significativamente en sus relaciones interpersonales y autoestima.

Evidentemente, no todas las hijas mayores pasan por esta experiencia. Más allá de que el síndrome no se reconozca como una condición médica y, por lo tanto, no se diagnostique como tal, cada persona experimenta la convivencia con sus hermanos de forma única.

¿Por qué afecta a las personas?

En la cultura occidental está muy arraigada la suposición de que los hijos mayores, especialmente las mujeres, deben ser maduros y cuidar de sus hermanos. Por eso, a menudo es difícil reconocer el problema subyacente. Recientemente, en TikTok se impulsó una tendencia donde las adolescentes hablan libremente sobre su experiencia con el Síndrome de la Hermana Mayor.

La mayoría hace énfasis en la injusta carga de trabajo no remunerado ni valorado que suele otorgar su propia familia. También exponen los efectos negativos de la situación en sus vidas, salud y bienestar. El fenómeno existe desde hace mucho, pero hasta ahora acapara la atención. Esto se debe a que, pese al progreso hacia la igualdad de género el ámbito laboral, las mujeres destacan como las principales responsables del trabajo doméstico.

Las niñas entre 5 y 14 años dedican hasta un 40% más de su tiempo a los quehaceres en casa que los niños. Se quiera o no, es un reflejo de la división de género entre los adultos. A menudo, la hija mayor lleva a cuestas la responsabilidad del trabajo sobre sus hermanos.

El síndrome tiene potencial para influir negativamente en el bienestar de las hijas mayores, “robándoles” su infancia y haciéndolas asumir una cantidad desproporcional de responsabilidades adultas. Curiosamente, así es como la desigualdad de género en el trabajo doméstico termina pasando de una generación a otra, en un proceso denominado “parentalización”.

¿Qué causa el Síndrome de la Hija Mayor?

La mayoría de los expertos explica el Síndrome de la Hija Mayor a través tres teorías comportamentales que, frecuentemente, interactúan y se reforzándose mutuamente. La primera es la teoría de los modelos y el modelado de roles. Esta sostiene que las hijas mayores aprenden a desempeñar roles de género imitando a sus propias madres.

Que causa el Sindrome de la Hija Mayor1

En segundo lugar, se encuentra la teoría de tipificación sexual. Aquí se argumenta que los padres asignan tareas y responsabilidades de género diferentes a niñas y niños, basándose en su percepción del trabajo doméstico como una actividad propia de la feminidad. Esto se observa incluso en padres que abogan por la igualdad de género.

Finalmente tenemos la teoría de la sustitución del trabajo, que es cuando las madres con actividades laborales disponen de poco tiempo para labores domésticas. En estos casos, es común que las hijas mayores las “sustituyan” en el hogar, dedicando más tiempo al cuidado de los hermanos y el trabajo doméstico.

Es un fenómeno con profundo alcance en la desigualdad de género a nivel mundial. Por ejemplo, en Filipinas es de lo más común que muchas madres emigren a otros países para trabajar como empleadas domésticas.

Aunque esta externalización del trabajo contribuye a que sus empleadores no caigan en la desigualdad de género en el ámbito doméstico, las hijas mayores de estas mujeres a menudo se ven obligadas a asumir el papel de “madres sustitutas” y hacerse cargo del cuidado del hogar. Al final, tenemos una desigualdad de género en el trabajo doméstico heredada entre generaciones.

¿Cómo solucionarlo?

Aparentemente, la solución a la problemática del Síndrome de la Hija Mayor empieza por que las familias reconozcan la carga desigual que recae sobre estas menores. Y posteriormente procuren una redistribución equitativa de las responsabilidades domésticas. Pero, la solución no es tan sencilla como parece.

Empezando porque se necesita que los hombres de la familia aumenten su contribución en las labores del hogar. Esto implica romper con paradigmas en torno al trabajo doméstico que arrastramos desde hace siglos. Para lograr un cambio significativo es esencial reconocer conscientemente el problema del trabajo doméstico. Particularmente el que delegamos a los niños e hijas mayores.

Son trabajos que pasan desapercibidos, nadie los paga y a menudo son subestimados. Y como no podemos cambiar lo que no percibimos, tomar conciencia sobre el Síndrome de la Hija Mayor no solo como una lucha individual, sino también como una cuestión de desigualdad de género, parece un buen punto de partida para abordar este complejo problema.

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