El DVD estaba cubierto de rasguños (Parte II)

Esta caja no estaba dirigida a mí. Al menos no de la misma forma que la pasada. Era un DVD puesto dentro de una bolsa negra de basura. El plástico estaba húmedo, como si hubiera estado en la calle desde hacía mucho tiempo. No estaba abierto. Lo llevé al interior de la casa y puse la mano dentro de la bolsa sin mirar. Tras encontrar el DVD descubrí el segundo artículo: una rosa. Bueno, no era precisamente una rosa. Se trataba del dibujo de una rosa sobre un trozo de papel. Los bordes habían sido rasgados o mordisqueados. Quizá la dibujó un niño.

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Con una serie de movimientos robóticos tomé el DVD y lo puse en la computadora. Apoyé el dibujo de la rosa a un costado. Intenté localizar el oso, pero no lo vi por ninguna parte. Quizá se escapó. O tal vez realmente me lo tragué. Observé durante diez largos minutos y la rosa nunca se movió.

No sé por qué lo hice. Podría haber dejado la caja en la calle. Podría haber ignorado todo, pero había algo especial en la forma que la luz era atrapada entre el negro del plástico, brillaba en mis ojos como un océano profundo e infinito… me obligó a hacerlo. Mis acciones estaban premeditadas. Era como si la caja supiera que iba a recogerla para revelar su contenido.

El DVD empezó con un menú, similar al del último DVD. Los capítulos esta vez eran “Padre”, “Helen mueve la pierna”, “Choo Choo”, “Helen y Margot están bien” y “Madre”. Lo miré durante algún tiempo. Tenía mucho miedo de reproducir el primer capítulo, a pesar de que mi cuerpo se sentía obligado a hacerlo. Pero al final, el propio DVD tomó la decisión. Empezó a reproducir el contenido sin que yo moviera nada.

El capítulo llamado “Padre” empieza con una pantalla negra y el sonido de risa. Parece la de una niña. Con una voz casi susurrante ella dice, “me robé la cámara de John. Se pondrá furioso, ¿verdad?”. Y después más risas. De repente, la pantalla negra desaparece revelando que se trataba de una camiseta tapando la lente. Tiene ambos ojos morados y su labio inferior está ligeramente rasgado. Usa un vestido sencillo con un enorme bolso a la altura de su estómago.

Deja de reír y parece que empezará a llorar. Se frota los ojos con fuerza, parece no importarle el dolor que esta acción le produce. Le da la espalda a la cámara y se sienta. Pasa algunos segundos en silencio. Lentamente levanta un dedo sobre su hombro izquierdo. El resto de la mano y el brazo están fuera de la vista. La pequeña dobla el dedo arriba y abajo repetidas veces.

En una voz alta y extraña, ella dice “Hola, soy Ayer”.

Con su voz normal, se responde: “Hola Ayer. Estoy sola. ¿Quieres ser mi amigo?”

El dedo se vuelve a sacudir y dice, “No. Eres fea”.

“¿Por favor?”.

El dedo se pone recto. Ella reflexiona durante un segundo. “Las chicas feas tienen hierba y moretones”.

“Yo seré tu amigo”, dice una voz llorando. La pequeña levanta otro dedo sobre el hombro derecho. “Te amo hija, tú no eres un demonio. Eres una niña pura”.

El dedo izquierdo pregunta de forma furiosa, “¿Quién eres?”

“Soy su padre”.

“John es su padre”.

“John huele mal. Él no puede ser mi padre”.

Los dedos discuten entre sí con sus respectivas voces mientras la niña permanece sentada. El dedo izquierdo empieza a golpearla en la cabeza, pero ella no reacciona.

“No la golpees”, reclama el dedo derecho. “Es mi pequeña ratoncita”.

El dedo izquierdo grita, “Ella ya se olvidó del rostro de su padre”.

“Su padre no tiene rostro”, grita el dedo derecho.

Se escucha un golpe fuera de cuadro. La niña se levanta confundida y corre a la cámara. Intenta apagarla rápidamente, pero antes que la grabación fuera cortada pude ver al hombre llamado John entrar a la habitación con pasos largos. Va vestido con un enorme cinturón negro que sujeta con firmeza. La niña da una serie de arcadas antes que la escena se corte.

En una fuente grande y amarilla aparecen las palabras “Y sé una niña feliz hasta el día en que yo muera”.

Regresa al menú principal. Mis manos temblaban, parecía que estaban rascando algo. La rosa había empezado a soltar cierto aroma. Era tan dulce como el de una flor de verdad. Inhalé. Por alguna razón, el olor se transformó en humo en mi garganta. Tosí y me rasqué la garganta. Antes de lograr retirar toda la ceniza de mi boca, el próximo capítulo inició.

“Helen mueve la pierna” es el video más gráfico que jamás haya visto. Empieza con una mujer (la misma del DVD anterior) atada a una mesa. Parece el mismo mueble donde comieron el mapache. Está amarrada con varios cintos. Lucha contra las ataduras, pero resulta inútil. La persona con la cámara camina alrededor de la mesa para mostrar a la mujer desde todos los ángulos. También filma un enorme machete y una plancha.

La mujer no grita. Se limita a encarar la cámara de forma desafiante. Susurra algo que parece ser “candelabro”. Finalmente, la persona que filma pone la cámara frente a la mujer. Como lo imaginé, el camarógrafo es John. Puedo asumir que la mujer sobre la mesa es Helen. De alguna forma, John siempre logra mantener el rostro fuera de cuadro. Y esta escena no es diferente.

John toma el machete. Helen gira el rostro quizá por miedo o aversión. Él se aproxima a ella y pasa el lado sin filo de la cuchilla por su piel. Casi pude sentir el disgusto. John se aclara la garganta y dice, “dilo”.

Helen no responde.

John aprieta con más fuerza el machete. “Si lo dices, será mucho más fácil para ti”. Helen voltea el rostro en su dirección y lo escupe. Por la reacción, creo que le dio justo en la cara.

John se limpia la saliva y levanta el machete por encima de su cabeza. Su cuerpo tiembla. “No apunto con mi ojo”, el hombre grita mientras deja caer con todas sus fuerzas la hoja de metal afilada justo sobre la pierna de la mujer. Helen grita mientras la sangre salpica por todas partes. John levanta el arma nuevamente. “No corto con mi mano”. Baja el machete otra vez y corta más profundo. Juro que pude escuchar el momento en que el metal alcanzó el hueso. Helen llora. John ríe a carcajadas, completamente salpicado de sangre. “No mato”. Deja caer el machete nuevamente sobre la pierna, casi cortándola.

Quería dejar de mirar, pero no tenía el control de mi cuerpo.

John baja el arma y toma la pierna de la mujer. Usa su pie para intentar romper los huesos. En ese punto Helen está desmayada.  La baba cae de sus labios mezclándose con la sangre. John retuerce la pierna hasta que finalmente sale. Arroja el miembro lejos y toma la plancha. Coloca la mano en la herida durante un segundo, dejando que la piel y la carne llenen su mano. Entonces presiona la plancha contra la herida y termina cauterizándola. Casi podía sentir el olor de la carne quemada. John tarareó una canción, satisfecho de sí mismo.

La última parte del video es una pantalla amarilla con un texto pequeño en negro: “40.7330 N, 74.0071 W”.

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El capítulo había terminado y me sentía bastante mal. La rosa había desaparecido. Pero ni siquiera me preocupé por buscarla. Vomité sobre mi regazo. Tenía un olor a rosas. Intenté levantarme para limpiar, pero estaba atada. Había un cinto alrededor de mi pecho amarrado a la silla. Tenía un bolso vacío. No, no estaba vacío. Había una rosa real en su interior.

“Choo Choo” empezó sin previo aviso. Afortunadamente, fue un capítulo corto. Tan solo era una imagen de la casa del capítulo “Origen”. Avanza rápidamente en un time-lapse de dos días y finaliza mostrando la cabaña en la noche. Logré hacer una captura de pantalla de la estructura. Después de transcurridos estos dos días, el menú principal regresa. Sin embargo, ahora la estructura aparece en la parte trasera de la pantalla. No se va.

Intenté moverme nuevamente y ya no estaba el cinto. Tampoco había vómito. ¿Lo habré imaginado? La rosa real que estaba dentro del bolso ahora estaba sobre la mesa. Extendí la mano para tocarla y una espina se enterró en mi dedo. Mi sangre era amarilla. Goteó sobre la mesa, en mi computadora, sobre mis piernas. Impotente, me limité a ver mientras el próximo capítulo empezaba.

“Helen y Margot están bien” empieza con Helen sentada en una silla de ruedas. Bueno, no es precisamente una silla de ruedas. Es una silla común de cocina con dos círculos de papel enormes pegados a cada lado. La mujer está inconsciente o extremadamente fuera de sí. Está inclinada hacia un lado a punto de caer, con sus ojos abiertos y cansados. Le cortaron ambas piernas.

La pequeña está sentada en su regazo. Asumo que esto significa que el nombre de la pequeña es Margot. En este video tiene la cabeza llena de cabello, a diferencia de los otros donde aparece rapada. Entonces, esto debe significar que este video sucedió mucho después. Qué tanto tiempo habría pasado, no puedo decirlo.

Como siempre, John sostiene la cámara. Pregunta, “¿Cómo estás?”

Margot responde, “Estoy bien, John”.

“¿Cómo dices?”

“Papá. Estoy bien, papá”.

John chasquea la lengua, pero no se mueve. “¿Y tú?”, claramente se dirige a Helen, que no puede ni siquiera levantar la cabeza. “Sí, bien”, dice él como si la mujer hubiera dicho algo.

John retrocede. Pude ver las piernas en descomposición de Helen en un rincón del cuarto. John proclama: “tengo una sorpresa para ti”. Se da vuelta y frente a él hay una puerta grande. “Hoy atravesaremos esa puerta”, dice feliz. Margot responde: “¿de verdad?”.

“Oh, sí. Atravesaremos la puerta. Tenemos que atravesar la puerta. La puerta es una puerta a otras puertas. Sin puertas, no más”. John empieza a balbucear igual que lo hizo en un capítulo anterior. Se da la vuelta y entonces pude ver el rostro de Margot sumirse en la tristeza. Ella sabe que nunca las dejará salir. “Puerta huerta torta aorta remienda tienda. Tienda de puertas. Comprar una puerta en la tienda de puertas. Tengo que levantar a Jake del piso. No existen puertas a donde él fue”.

Margot se baja del regazo de Helen y se acerca a John. “Jake está muerto”, le comunica.

John tira la cámara en el suelo y pude escucharlo soltar un pequeño sollozo. “No quería que estuviera muerto”.

“Lo sé”, Margot toma la cámara y enfoca el rostro de John. Está cubierto por una gruesa máscara de esquí negra. Incluso si Margot quisiera mostrar el verdadero rostro del hombre, estaba cubierto. “¿John, por qué nos filmas?”

Él la mira durante un instante. “Grabar. Despertar. Portar. Puerta. Tengo que llegar a la puerta”.

Margot suelta un largo suspiro y apaga la cámara.

Yo quería que terminara. Quería desconectar la computadora, pero ahora estaba cubierta de escorpiones. El pequeño oso había regresado y estaba rugiendo cerca de mí. Multitud de rosas cubrían el suelo. Escuché cinco disparos en algún lugar cercano. Empecé a llorar. ¿Por qué me habían enviado esto? ¿Qué cosa tan horrible había hecho para merecerlo?

El último capítulo se titulaba “Madre”. La grabación empieza con un arma de plástico en el suelo. Poco a poco, Helen aparece a cuadro. Sus movimientos son débiles. Está sucia y desnuda. Los tocones que algún día fueron sus piernas se arrastraban por el piso de madera. Cada centímetro recorrido parecía doloroso. Se arrastra lo más que puede a la cámara y empieza a susurrar.

“Por favor, mátame. Por favor, mátame”. Ella pone el arma de plástico en su boca. Jala del gatillo, pero evidentemente nada sucede. Vuelve a jalar una y otra vez. Las lágrimas escurren por sus mejillas. Cambia la posición del arma a su frente. Jala del gatillo más fuerte y claro, pero nada sucede.

“Quiero morir”, dice en un tono más alto. “Sería mejor para mí si muriera”.

Una luz viene de algún lugar de la habitación. Margot dice, “¿por qué quieres morir?”.

Helen encara la cámara. Con un susurro casi inaudible, ella dice: “estoy embarazada”.

“¿Qué?”, Margot pregunta desde su lugar en la habitación.

“Nada”, dice Helen en voz alta. “Ve a buscar a John y dile que dejó su cámara encendida”. La escena termina.

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Parpadeé y mi computadora estaba desconectada. No había escorpiones. El dibujo de la rosa aún estaba apoyado sobre la mesa. El pequeño oso estaba cerca de él, inofensivo. Miré el dedo y no encontré ningún corte. Desesperadamente intenté sacar el DVD, pero no había ningún DVD. No había nada allí dentro. Seguía presionando el botón, esperando encontrarle algún sentido a todo lo que acababa de pasar.

Escuché un sonido detrás de mí. Mi cuerpo se paralizó. La sangre apenas y me corría por la venas. Era un pequeño beep. El sonido de algo que escuchamos todos los días. Tan solo el sonido de algo siendo encendido.

Algo como una cámara.

Parte 2 de 3 de un texto obra de EZmisery, traducido y adaptado por Marcianosmx.com (Leer parte 1)

9 comentarios en «El DVD estaba cubierto de rasguños (Parte II)»

  1. En una parte del texto aparecen unas coordenadas (al final de “Helen mueve la pierna”). Las puse en Google Earth y me salió un lugar en algúna ciudad en Nueva York, Estados Unidos. Lo único que sé es que colinda con el río Hudson. Me pregunto si tendrá que ver con el resto del creppypasta (excelente, por cierto; ya quiero la última parte)

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