Dusko Popov, el espía que inspiró al 007

Aunque los nombres de muchos espías son referidos como inspiración de James Bond, Dusko Popov realmente llegó a trabajar con Ian Fleming, con quien intercambió diversos relatos sobre sus hazañas en el mundo del espionaje. La frase “mi nombre es Bond, James Bond” es un ícono en el mundo ficticio de los súper espías por ser la forma en que se presenta (a amigos y enemigos por igual) el agente creado por Ian Fleming. Pero es casi obligatorio cuestionarse si la frase hubiera tenido el mismo éxito al salir del hombre que inspiró al personaje: un doble agente oriundo de Serbia llamado Dusko Popov.

Dusko popov

“Mi nombre es Popov, Dusko Popov” no parece tan pegajosa, pero aún sin la presentación, la vida de Popov hubiera sido la envidia del propio James Bond.

Un serbio llamado Dusko Popov.

Dušan Dusko Popov llegó a este mundo en el año 1912, en Serbia, en el seno de una familia acaudalada. Gran parte de sus primeros años de vida los pasó recorriendo el mar Adriático a bordo de un yate, siempre lleno de lujos y comodidades. Su educación se gestó en algunas de las instituciones educativas más prestigiosas de Europa y aprendió a expresarse de forma fluida en alemán, italiano y francés.

Popov vivió una época bastante corta en territorio inglés después que su padre lo inscribiera en una prestigiosa escuela preparatoria de Surrey. Tuvo que abandonarla después que uno de los docentes lo sorprendiera fumando un cigarrillo. Como castigo recibió varios azotes. Decidido a no volver a ser castigado tras no asistir a una detención, le arrebató el bastón al profesor y lo partió por la mitad.

Al regresar a su tierra, Popov terminó la preparatoria y estudió derecho en la Universidad de Belgrado. Con el título de abogado en mano, Popov tomó la decisión de mudarse a Alemania para realizar el posgrado y perfeccionar su alemán. Fue precisamente en este país donde conoció a Johan Jebsen. Al igual que Popov, Jebsen provenía de una familia adinerada y tenía gustos sofisticados.

La amistad no tardó mucho en surgir entre este par. El mismo Popov llegó a describir la camaradería que surgió entre ambos: “[los dos] somos adictos a los autos deportivos y a las mujeres deportistas, y tenemos suficiente dinero para financiarnos la adicción”.

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Dusko Popov tenía suerte con las mujeres. Aunque no encajaba en los estándares masculinos de belleza en la época, sus ojos verdes y párpados pesados esbozaban una mirada que resultaba irresistible para muchas damas. Moviéndose entre un club y otro a bordo de un automóvil deportivo, Popov y Jebsen no tardaron mucho en hacerse famosos entre las mujeres.

Atrapado por la Gestapo.

Pero, además de su adicción por los automóviles y las damas, estos amigos tenían algo más en común: un profundo odio por los nazis que recientemente habían llegado al poder en ese país.

Popov jamás procuró disimular su disidencia, y frecuentemente debatía con estudiantes nazis en la Universidad de Friburgo. Esto terminó orillando a que la policía secreta del estado le echara el guante. En el año de 1937, cuando se disponía a salir de Alemania para celebrar su graduación con un viaje a París, la Gestapo detuvo a Dusko Popov.

Jebsen inmediatamente se puso en contacto con la familia de su camarada para notificar lo sucedido. Al final, Popov pasó ocho días en una prisión de Friburgo antes que su padre lograra ponerlo en libertad apelando a la intermediación del gobierno yugoslavo. Popov fue trasladado por vía férrea hasta Suiza, donde su amigo Jebsen lo esperaba. Agradecido por esta acción, Popov le dijo a Jebsen que si alguna vez podía hacer algo para pagarle, simplemente tenía que pedírselo.

Jebsen se cobró ese favor varios años después, precisamente en 1940, cuando citó a Popov en un hotel de Belgrado. Durante la reunión Jebsen le confesó que, pese al odio que sentía por los nazis, se había unido al servicio de inteligencia militar de Alemania. Fue la única forma que encontró para evitar pelear en el campo de batalla. Ahora, Jebsen pretendía que su camarada Popov se convirtiera en agente de inteligencia y le pasara información.

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Los británicos lo conocían como “Trycicle” y los alemanes por “Ivan”.

Aunque su amigo tal vez tuvo suerte con los nazis, Popov jamás tuvo intenciones de trabajar con aquellos que lo habían encarcelado. Por eso, acudió a los británicos. Los británicos indicaron a Popov que aceptara la oferta de su amigo y les pasara toda la información posible sobre los alemanes.

El doble agente Dusko Popov.

Así fue que Dusko Popov se convirtió en doble agente. A lo largo de todo un año tomó solicitudes alemanas de inteligencia y las fue respondiendo con desinformación preparada por los británicos. Los nazis, convencidos de que tenían un agente valioso en Popov, le financiaron un ostentoso estilo de vida. En cada ciudad que visitaba mantenía una serie de aventuras con mujeres locales e incluso con colegas espías.

Al poco tiempo, Popov ideó un plan para sacar ventaja del hecho que los alemanes le confiaban su dinero. Bajo el nombre clave de Operación Midas, el plan consistía en que los alemanes desembolsaran dinero para la construcción de un círculo de espías en Londres, pero todo terminaría en las bolsas del MI5.

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Una partida de bacará.

La primera parte del plan resbaló sin problemas. En cuanto los alemanes supieron sobre el plan de Popov para levantar una red de espías en Inglaterra, le entregaron una jugosa suma de dinero en efectivo. Ahora, sólo restaba entregarlo a los británicos. Una noche de 1941, Popov ingresó a un casino de Portugal con todo el dinero. Acompañándolo se encontraba Ian Fleming, un oficial de inteligencia enviado exclusivamente para asegurar que Popov no hiciera nada tonto con el dinero, como apostarlo en una mano de bacará.

Sin embargo, mientras se encontraba en el casino Popov escuchó a un empresario lituano gritando a los cuatro vientos que cualquier persona que quisiera jugar bacará en su mesa podía apostar, y él igualaría la cantidad. La pedante actitud de este sujeto molestó bastante a Popov. Además, quería “animar un poco” a Fleming.

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Popov se acercó a la mesa del empresario lituano y deslizó todo el dinero que le habían entregado los alemanes sobre el tapizado de fieltro. Fleming se puso verde sólo de pensar que Popov estaba a punto de arruinar todo el plan. El empresario, visiblemente nervioso, le preguntó al crupier si el casino podía respaldarlo en caso de perder el dinero. Una vez que le informaron que no podían hacer eso, simplemente se retiró.

Ian Fleming en “Casino Royale”.

Un victorioso Popov levantó el dinero de la mesa y agradeció al casino por no permitir jugadores irresponsables en sus mesas. Después de todo, había sido “una molestia para los jugadores serios”. Una escena parecida acontece en Casino Royale, la primera novela de James Bond que escribió Ian Fleming. En este mundo ficticio, Bond deja en bancarrota a un agente ruso.

Escena casino royale

Cabe aclarar que Fleming, tal vez por cuestiones legales sobre la protección a operaciones clasificadas o posiblemente porque Popov abusaba de la hipérbole, posteriormente ofreció una versión distinta de la historia donde él personalmente apostaba en el casino contra algunos alemanes.

Inteligencia sobre el ataque a Pearl Harbor.

Tras la infartante escena en el casino, la próxima misión que asignaron los alemanes a Dusko Popov fue desplegar una red de espías en los Estados Unidos. De acuerdo con una entrevista realizada al serbio en tiempos de posguerra, los nazis tenían especial interés en cualquier tipo de información sobre la base naval de Pearl Harbor. Afirmó haber filtrado esta información al FBI, pero el director J. Edgar Hoover simplemente decidió ignorarla por el disgusto personal que sentía hacia Popov. Varios meses después, los japoneses atacaron Pearl Harbor.

La colaboración de Dusko Popov en la Operación Overlord.

La mayoría de los historiadores coincide en que los principales mandos nazis no tenían idea de que Japón planeaba el ataque. Pero la historia de Popov establece la posibilidad de que alguien dentro de la inteligencia nazi supiera sobre el plan. Como haya sido, el ataque a Pearl Harbor significó el ingreso de Estados Unidos a la guerra. Y el plan que eventualmente terminaría derrotando a los nazis, la Operación Overlord, requirió de la colaboración de todos los dobles agentes al servicio de los británicos.

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Popov fue uno de los responsables por convencer a los nazis de que los desembarcos en Normandía realmente tendrían lugar en Calais o Dieppe. Él y otro agente doble hicieron tan buen trabajo pasando información de inteligencia falsa a los nazis que, incluso después que iniciaron los desembarcos, los nazis retuvieron divisiones de reserva que podrían haber significado la victoria contra los Aliados. Estaban plenamente convencidos de que los desembarcos en Normandía eran una fachada para la invasión real.

En el año de 1945, una vez finalizada la guerra, Dusko Popov se mudó a Francia. En la década de 1970 publicó una autobiografía sobre su vida como espía. Más allá de esto, su vida fue completamente ajena al escrutinio público. Dusko Popov dejó de existir en el año de 1981 por los efectos de sus viejas adicciones al tabaco y alcohol.

3 comentarios en «Dusko Popov, el espía que inspiró al 007»

  1. “resultaba irresistible para muchas damas. Moviéndose entre un club y otro a bordo de un automóvil deportivo, Popov y Jebsen no tardaron mucho en hacerse famosos entre las mujeres.”

    Creo que el coche deportivo le ayudaba mucho.

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