Dendrofobia, el miedo irracional a los árboles

El miedo a los árboles o dendrofobia aterroriza a las personas que ven ramas retorcidas y follaje denso. A diferencia de los que ven a los árboles como elementos pacíficos y relajantes. Por increíble que parezca, este miedo irracional hacia los árboles es mucho más común de lo que suponemos. Es más, los árboles clasifican entre los cinco principales elementos que provocan terror en los seres humanos. El número de casos diagnosticados de dendrofobia supera incluso a la aracnofobia y la acuafobia, consideradas fobias comunes en el imaginario popular.

Banca solitaria en un camino con arboles

Diferentes clases de árboles pueden afectar a los individuos que padecen esta condición provocándoles un sentimiento indescriptible de paranoia y ansiedad. En aquellos casos realmente graves, el individuo llega a sufrir desmayo, crisis de ansiedad o simplemente se paraliza cuando se le obliga a acercarse a un árbol. Pues es incapaz de hacerlo por voluntad propia.

¿Qué provoca la dendrofobia?

Uno de los disparadores más conocidos de la dendrofobia es el temor a morir aplastado por la caída de un árbol. Muchos individuos que padecen esta condición suelen alejarse de los bosques o áreas con vegetación densa por la constante preocupación y miedo de convertirse en víctimas fatales de un árbol caído. En sus mentes, el terror se ve impulsado por el peso y tamaño de los árboles.

Otras veces, las plagas que consumen el corazón y tronco de los árboles proporcionándoles una apariencia de descomposición es el factor que justifica el miedo irracional. Esta angustia puede generarse en la idea de que los árboles esconden insectos u hongos en sus troncos.

Arboles huecos

También están aquellos que experimentan dendrofobia exclusivamente por las noches, momento en que los árboles viejos proyectan sombras siniestras de sus ramas retorcidas, como si se tratara de brazos monstruosos acechando a sus víctimas. En la literatura gótica se recurría mucho a la imagen de los árboles viejos cuyas ramas se balanceaban al compás del viento.

La mitología en torno a los árboles.

Existen leyendas muy antiguas sobre árboles que cobran vida, y entre las más famosas tenemos la de los Ents: personajes del folclor nórdico que llegaron a Occidente gracias a El señor de los anillos, de Tolkien. La leyenda de los Ents es muy antigua y se remonta a Grecia, además que también se difundió entre los pueblos celtas y británicos.

Lejos de esa imagen de guardianes benevolentes de la naturaleza que nos vendió Tolkien, los Árboles Vivos de la leyenda original son seres profundamente vengativos que odian a los humanos por talar a sus hermanos. Si llegan a ver un leñador en el bosque, lo persiguen para aplastarlo.

Ents arbol

Árboles malignos en la Edad Media.

En otras historias que se difundieron durante la Edad Media, determinados árboles podían convertirse en seres malignos si eran sembrados en las inmediaciones de los cementerios y campos de batalla donde habían acontecido violentas masacres. En el folclor de aquella época, los árboles que crecían en estos sitios se contaminaban a medida que sus raíces crecían y alcanzaban las tumbas de los cadáveres a partir de los cuales se alimentaban.

Incluso el suelo se volvía negro ante la presencia de cadáveres humanos, lo que terminaba repercutiendo en la vegetación y especialmente en los árboles. Cuando un árbol crecía retorcido, se tenía la creencia de que aquellas formas representaban la agonía y el sufrimiento de los muertos sepultados metros más abajo.

El árbol de los ahorcados.

También en el Medievo, se estableció un vínculo entre los árboles y el sufrimiento. Existían árboles utilizados para ahorcar a los criminales según dictaba la brutal justicia de la época. Aquellos árboles con troncos gruesos y fuertes eran los predilectos para ejecutar la tarea. De sus ramas colgaba la soga donde se colgaba al condenado hasta que moría sofocado. Una vez que llegaba la muerte, se dejaban colgados los cadáveres durante días como una forma de advertencia al resto de los malhechores.

Desde la concepción medieval, aquellos árboles se contaminaban por el mal de los hombres que allí fueron ahorcados o por sus fantasmas que podían llegar a poseerlos.

Arbol solitario en un claro

Los árboles sagrados de las religiones paganas.

Pero las cosas no siempre fueron de esta manera. Previo a la diseminación de la cristiandad por el continente europeo, para determinadas culturas paganas algunos árboles eran sagrados. Por ejemplo, los druidas veneraban aquellos grandes árboles que crecían en los primitivos bosques de Europa. Aquellos que habían sido tocados por los dioses (como un roble impactado por un rayo) adquirían una mayor relevancia para los rituales.

Durante las celebraciones paganas, estos árboles desempeñaban un papel fundamental y se consideraban testigos de los dioses, de ahí que desarrollaran la costumbre de tallar facciones humanas sobre los troncos.

Quizá por ese sentido de comunión divina que les otorgaron las culturas paganas, los primeros cristianos diseminaron la idea de que determinados árboles eran de naturaleza maligna. Cuando aquellos cultos paganos fueron desmantelados, cientos de árboles cayeron con ellos. Quizá el miedo a los árboles es una reminiscencia de ese viejo temor de todavía provoca daño psicológico.

Ejemplos de árboles que producen dendrofobia.

Tal vez todos padecemos dendrofobia a diversos grados. Y es que resultaría casi imposible no sentirse intimidado frente a árboles tan extraños como los que te presentamos en las siguientes imágenes.

Rostro aterrador en arbol

Existen árboles cuyos troncos asemejan al rostro retorcido de un animal. Desde esta perspectiva, se distinguen los ojos, nariz y boca.

Angkor wat arboles

En Camboya existe un lugar conocido como Angkor Wat, donde árboles antiquísimos han engullido los restos de una antigua ciudad levantándose por encima de las construcciones de piedra que lograron resistir el paso del tiempo. Las raíces de estos árboles son tan extensas y poderosas que perforaron el piso de piedra y envolvieron las construcciones, dando la apariencia de que las están tragando.

Arboles gritando

En las inmediaciones del parque Hither Hills, en Nueva York, se encuentran los Screaming Trees.

Arbol retorcido parque golden gate

Al otro lado de los Estados Unidos, en el Parque Golden Gate en San Francisco, California, podemos encontrar a los que se consideran los árboles más retorcidos del país. La forma tan absurda en que sus ramas se retuercen asemeja inmensos tentáculos.

Árboles contenedores de espíritus.

Entre los que padecen dendrofobia, es frecuente sentir temor a ser atrapados y quedar restringidos de movimiento por las ramas de un árbol. Estas personas sienten pavor de dar la espalda a las ramas de un árbol y el simple hecho de rozar su piel contra la corteza les provoca un ataque de ansiedad.

En la antigüedad, algunas religiones paganas tenían la creencia de que los árboles más viejos poseían la capacidad de retener el alma de las personas. Esto hacía que sobre los troncos aparecieran los rostros en agonía de los espíritus prisioneros.

En algunos rituales celtas, los sacrificios que se llevaban a cabo en el bosque implicaban que el druida ejecutara a la víctima amarrada al tronco de un árbol de forma que su espíritu terminara fundiéndose con la madera. A continuación, se derramaba la sangre sobre las raíces para que pudiera ser absorbida. La idea era que la sangre de la vida se mezclaba con la savia del árbol uniendo a los dos para siempre.

Twisted tree jinere sin cabeza

Algunos druidas se sometían a estos rituales para convertirse en guardianes eternos de los claros sagrados. Al interior de Nueva Inglaterra podemos encontrar este famoso árbol que sirvió como inspiración para el Twisted Tree que aparece en la película El Jinete sin Cabeza y también en Alicia en el país de las maravillas, ambas producciones dirigidas por Tim Burton.

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