Cuando los tomates tienen sed, “gritan” y otras plantas escuchan

Para la gran mayoría, las plantas no son más que organismos silenciosos, indiferentes y ajenos a lo que sucede en su entorno. Sin embargo, investigaciones recientes encontraron que algunas especies emiten sonidos ultrasónicos cuando el agua escasea. De hecho, otras plantas en las inmediaciones son capaces de captar estos “gritos” y reaccionar en consecuencia.

Cuando los tomates tienen sed gritan y otras plantas escuchan1

Un equipo de investigadores israelíes registró tenues pulsos de sonido provenientes de plantas de tabaco y tomate en un invernadero. Un fenómeno que aumentó de frecuencia cuando las plantas perdían grandes cantidades de agua por sus hojas o cuando las dejaban de regar. Eran sonidos tan altos como los de una conversación casual, aunque situados entre los 40,000 Hz y 60,000 Hz.

Cabe recordar que los humanos solo logramos escuchar alrededor de 20,000 Hz. Aunque, resulta muy probable que los gritos de estas plantas sean audibles para los perros, cuyo umbral de audición se extiende hasta los 45,000 Hz. Y definitivamente por los gatos, que escuchan ultrasonidos hasta los 64,000 Hz. Aunque resultaría lógico deducir que las plantas se comunicaban sobre la escasez de agua mediante sonidos, tal vez no sea el caso.

¿Cómo se generan los sonidos en las plantas?

De hecho, los investigadores sospechan que estos sonidos ultrasónicos se generan al interior de los tallos tras la formación de burbujas en un proceso físico simple. Mientras la fotosíntesis está presente, las plantas tienden a perder agua de las hojas a través de la evaporación. Pero, en lugar de desperdiciar energía transportando agua hacia las hojas, las plantas suelen aprovechar la forma en que las moléculas de agua se conectan entre sí.

Lo hacen desde las raíces a través de tubos extremadamente angostos, cada uno repleto con una columna continua de agua. Conforme la molécula de agua en la hoja se evapora, la planta empuja la próxima molécula. Cuando la evaporación se intensifica ante una mayor incidencia de luz solar, a la planta le cuesta seguir extrayendo agua de las raíces porque el suelo se seca. En estas condiciones, la columna de agua puede romperse y dar lugar a una burbuja en el tubo que la transporta.

Es bajo estas circunstancias que aparecen los pulsos ultrasónicos, por lo que se trataría de la mejor explicación. Anteriormente, los investigadores usaban estos sonidos provocados por la ruptura de las columnas de agua para medir qué tanto afectaba la falta de agua a las plantas. Sin embargo, la mayoría empleó micrófonos fijados directamente sobre la planta. Pero, en el estudio de los israelíes, los sonidos lograron captarse con micrófonos ubicados a cierta distancia del invernadero.

sonidos ultrasonicos en las plantas1

Comunicación con otras plantas y animales.

Era la primera ocasión en que se demostraba que estos sonidos podían escucharse hasta cinco metros de distancia. Y aunque no sean “gritos” intencionales, el fenómeno sí que puede proporcionar información a otras plantas y animales. Por ejemplo, las plantas pueden reducir la extracción del agua del suelo o frenar la fotosíntesis. Mientras que para los insectos sería un indicio de que la planta pasa por un estado de vulnerabilidad.

A muchos les gusta pensar que las plantas son seres vivos pasivos. Sin embargo, todos los organismos obtienen información del entorno para incrementar sus probabilidades de sobrevivencia. De hecho, actualmente existen numerosos ejemplos de plantas que comparten información con otras especies e incluso animales. Estudios previos sobre el “idioma” de las plantas se concentraron en la comunicación a través del olor.

El maravilloso idioma de las plantas.

Desde hace mucho se sabe que los insectos polinizadores son atraídos por las flores a través del olor. Tan es así que los zánganos tienen capacidad de distinguir entre diversos patrones de aroma floral. Otras plantas diseminan sustancias químicas en el ambiente que advierten a sus vecinos de un ataque por insectos o enfermedad. En respuesta a esta advertencia, algunas especies de plantas tienen la capacidad de activar sus defensas. Liberando productos químicos o toxinas desagradables.

De hecho, ciertas plantas emplean mensajes químicos para atraer avispas parásitas. Estos insectos depositan sus huevecillos en lagartijas que diezman a las plantas. También tienen el poder para convocar depredadores que se alimentan de ácaros que las infestan. Pero, evidencia cada vez más sólida parece demostrar que las plantas también pueden reaccionar a los sonidos.

En ciertas flores, el polen no se libera hasta que perciben el sonido de las vibraciones causadas por buenas abejas polinizadoras. Además, se encontró que las frecuencias de sonido ubicadas en el rango de audición humana retrasan la maduración de los frutos de tomate y aceleran la germinación y el crecimiento de las plántulas de soja verde.

Adaptarse o desaparecer.

Según un estudio, las raíces de guisantes pueden navegar por un laberinto sencillo al escuchar el sonido del agua corriente. El ruido blanco también ayudó a las plántulas de Arabidopsis a sobrevivir sin agua, lo que es relevante para los descubrimientos más recientes. Es fácil imaginar cómo la recopilación de datos sobre la salud de las especies cercanas podría convertirse en un sistema de comunicación.

Por ejemplo, dado que enviar una señal por aire era la ruta más rápida, parece probable que las señales olfativas que permiten a los grupos de plantas coordinar sus defensas evolucionaran primero como un medio rápido para que una rama de una gran planta le dijera a otra que estaba bajo ataque.

Los grupos de plantas podrían haberse beneficiado de mantener un registro de los compuestos que liberaban sus vecinas, lo que llevó a un intercambio constante de información. Otras plantas también podrían beneficiarse de escuchar estos sonidos de estrés hídrico al acostumbrarse más a su entorno.

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