¿Cómo era la vida de un faraón?

Básicamente con muy pocos lujos y con mucha devoción a sus dioses. A pesar de vivir en un palacio, de tener varias esposas y de disponer de esclavos y siervos, un faraón no desperdiciaba su poder en fiestas y orgías. En lugar de eso, permanecía constantemente concentrado en actividades administrativas y ceremonias religiosas.

faraon mujer

Considerado como la reencarnación del dios Horus, la deidad más importante del panteón egipcio, el líder tenía un poder vitalicio que era transferido a su hijo más viejo. A pesar de esta regla, diversas guerras y disputas internas entre familias nobles modificaron los linajes reales y las dinastías, lo que abrió un espacio para que las mujeres se hicieran con el trono, como sucedió con Cleopatra.

El título en sí no existía entre los antiguos egipcios, es un término hebreo, originado de la palabra “pr”, un jeroglífico que significaba “casa grande” por referir a la importancia del rey.

 

Un dios en la Tierra.

tutankamon

Como un líder administrativo, judicial y religioso, el faraón era considerado una divinidad y tenía muy poco tiempo para dedicar a su familia o al ocio.

Quizá tendría dos o tres palacios, que se trataban de grandes complejos integrados por habitaciones y despensas. Pese a su devoto trabajo religioso y a las campañas militares, el gobernante disponía de abundantes platillos, vestimentas de primera y varios esclavos y siervos a su completa disposición. El arte se dedicaba exclusivamente a adorarlo.

Al despertar, el gobernante era bañado con agua pura del Nilo y untado con aceites de esencias – el hedor se consideraba algo pecaminoso. Después, era perfumado y vestido con plumas de halcón, ropa y joyas por hijos de familias nobles cuidadosamente seleccionados – estaba prohibido que un siervo o esclavo de origen vistiera al faraón.

Generalmente antes del almuerzo, el rey recibía a las visitas, hablaba con sus consejeros y juzgaba algunos casos. Era un sacerdote supremo, juez y general de todas las cuestiones del reino. Aunque tenía delegados en autoridad, la última palabra siempre era la suya. No existía una constitución: las leyes se basaban en las tradiciones.

Durante el día, el líder podía asistir a visitar edificaciones y recorrer los cultivos de trigo, siempre rodeado por un sequito de siervos y con mucha pompa. Sus viajes eran hechos generalmente a través del río Nilo y, cuando estaba en tierra, se erigía sobre una litera para ser visto. Durante la tarde, antes de la puesta del Sol, el faraón regresaba al palacio para ofrendar flores y aceites a Amón.

Los jeroglíficos mostraban a los faraones en batallas y practicando deportes. Pero algunos historiadores creen que se trataba de pura publicidad. Además de eso, los escritos son de difícil interpretación, pues muchos símbolos tienen más de un sentido. Entre las actividades más probables estaban las carreras de carruajes y los juegos de mesa.

Se casaba a una edad temprana, generalmente a los 12 años, con la hija de un noble que estaba “prometida” desde la infancia. También podía tener otras mujeres y diversos hijos con todas ellas. Durante la noche, no hay evidencias de que se quedara con su esposa – la teoría más aceptada es que dormía a solas.

Todos los días participa de una ceremonia de adoración en un templo fuera del palacio. Tenía que atravesar un salón y arrodillarse frente al dios al que rendía devoción (Amón, Horus u otro). Al final, un esclavo sacrificaba un búfalo como ofrenda a la divinidad.

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