En el marco de la misión Artemis III, la NASA está desarrollando un nuevo traje espacial que será utilizado en el viaje a la Luna programado para 2024. Este será el traje que portará la primera mujer astronauta en llegar a nuestro satélite natural, un diseño que incorpora los avances tecnológicos hechos desde el Proyecto Mercury, la primera expedición tripulada de la agencia espacial estadounidense.
La seguridad es primordial.
Las mejoras más evidentes se producen en la seguridad de los astronautas que participarán en el programa Artemis. Los nuevos trajes espaciales incluyen un soporte de vida primario del doble de capacidad al utilizado anteriormente, se trata de una especie de “mochila” que mantiene el aire apto para respirar expulsando dióxido de carbono y otros gases que podrían resultar letales para los exploradores.
Además, los trajes tendrán capacidad para soportar temperaturas que van desde los 120°C a -156°C. También serán resistentes al polvo del suelo lunar para evitar una posible contaminación en el sistema interno de la vestimenta.
Para facilitar los movimientos de los astronautas en el espacio, la NASA está desarrollando estos trajes a partir de animaciones computarizadas en tercera dimensión que revelan los pormenores de la motricidad humana durante una caminata espacial.
Se espera que la parte de la compresión en el traje, responsable de la movilidad, tenga cambios notables en el área del torso. De esta forma, los astronautas tendrán oportunidad de agacharse, mover los brazos y cadera con mayor facilidad y desplazar objetos con mayor libertad, acciones muy complicadas durante las misiones Apollo.
Mejoras en el sistema de comunicación.
En el pasado, la voz del astronauta no siempre correspondía a sus movimientos mientras se comunicaba con la Tierra. Sin embargo, esto podría cambiar con un nuevo casco equipado con un sistema de comunicación inédito.
El dispositivo en este nuevo casco incorporará micrófonos acoplados al tronco del astronauta. El equipamiento capturará casi de inmediato la voz del explorador, volviendo mucho más fluido el diálogo con la base de comando en Houston o la Estación Espacial Gateway, cuya instalación está prevista para 2028.
El casco también contará con un visor que hará las veces de “escudo” para proteger al astronauta contra polvo abrasivo proveniente de algún planeta o meteoro. De hecho, el visor podrá intercambiarse antes o después de las caminatas espaciales, de forma que no tendrán que llevarlo a la Tierra para restaurarlo.
Tecnología adaptable.
Dependiendo si el astronauta se encuentra en la Luna, Marte o en una estación espacial, podrá reconfigurar su traje para que se adapte a determinada condición atmosférica. También incluirá partes intercambiables que mantendrán al astronauta cálido en el inclemente invierno marciano o fresco durante las intensas olas de calor del planeta rojo.
Si durante una caminata espacial el astronauta experimenta ganas de atender el llamado de la naturaleza, podrá descargar todo sin preocupaciones gracias a un compartimento parecido a un pañal incluido en el traje espacial. Por supuesto, la utilización de este baño portátil queda a consideración de cada astronauta.
No hay foto del traje? quede con ganas de verlo… 🙁