5 experimentos psicológicos que parecían divertidos… hasta que comenzaron

Digamos que mientras lees el periódico, te encuentras con el anuncio de un laboratorio que está buscando conejillos de india para una prueba. Por increíble que parezca el anuncio menciona que se remunerará a las personas por drogarse, tener relaciones sexuales o comer como barril sin fondo. ¿Absurdo, verdad? Quizá pienses que se trata de algún tipo de broma bien elaborada. Sin embargo, estas experiencias son reales, y existieron. Y todas demostraron de forma científica que es terriblemente posible exagerar en una cosa que parece buena.

5. El experimento de tener sexo por dinero.

girls

Se busca hombre sexualmente activo y saludable para tener relaciones con una mujer. Previo pago. Estaremos observando.

Sí, dicho anunció existió. En los años 1950 y 1960, el investigador William Masters estaba decidido a descubrir todo lo que había que saber sobre el acto sexual. Hasta ese punto, la investigación había sido realizada a través de cuestionarios, que fueron contaminados por el hecho de que las personas mentían sin parar (lo que podría explicar por qué en la época se creía que el largo promedio del miembro masculino era de 30 centímetros).

Masters necesitaba estudiar el acto sexual de primera mano. Entonces contrató a Virginia Johnson, una atractiva asistente, y comenzó a pagarles a las personas para que tuvieran relaciones con otros extraños.

Para estos individuos, ofreció todos los beneficios de la prostitución sin la amenaza constante de lesiones genitales o de ser encadenado a un calabozo y posteriormente violado. No podría existir nada de malo en esto, ¿verdad?

La realidad.

En primer lugar, Masters y Johnson estarían mirando. Claro, la observación no era suficiente. La ciencia también exigía una serie de sensores conectados a la pareja en cuestión para medir la respuesta sexual, monitoreando el deseo de la misma forma que una prueba de polígrafo detecta cuando alguien está mintiendo. Sólo que en lugar de medir las mentiras, estos medirían que tan malo estabas siendo a la hora de excitar a tu pareja.

Para garantizar que la relación tenía lugar entre perfectos desconocidos, las parejas eran combinadas de forma aleatoria (si te resulta increíble, la próxima vez que estés en la fila del banco imagina que eres combinado de forma aleatoria para tener una relación sexual con cualquiera de las personas a tu alrededor) Y a propósito, los participantes tenía edades que iban desde los 18 hasta los 89 años.

Y no es por criticar el trabajo de Masters y Johnson. Estos eran totalmente revolucionarios y cambiaron la forma en que el mundo veía al sexo. Sólo estamos diciendo que la idea de una bacanal desenfrenado que los participantes llevaban en mente no era precisamente con lo que se encontraban en el laboratorio. Y fue mucho peor para las mujeres involucradas en los experimentos, ya que tenían el encargo de llegar al clímax mediante una prótesis de un miembro masculino con una cámara de video acoplada.

 

2. El estudio de la NASA sobre el descanso.

Si pudieras crear el empleo perfecto ¿Cuál sería? ¿Quedarte en la cama todo el día, navegar por Internet o jugar videojuegos en una laptop? Usted es parte de la mayoría de personas de nuestro público objetivo.

En 2008, la NASA reclutaba personas comunes valiéndose de anuncios de radio y televisión para un estudio de 90 días, que implicaba embolsarse nada menos que US$ 17 mil dólares por hacer nada más que quedarse en la cama (sí, podrías ver o jugar lo que quisieras). El único pero es que tendrías que permanecer en el laboratorio de la agencia y ser retirado de la cama de vez en cuando para algunas pruebas sencillas. Los 17 mil dólares más fáciles de la historia, ¿verdad?

La realidad.

rana descanso

A menos que estés pensando en comprar cosas en alguna página de productos China, podría demorar algo de tiempo hasta que pudieras gastar tus 17 mil dólares. El propósito del estudio era determinar los efectos sobre el cuerpo de la exposición prolongada a ambientes de gravedad cero. Específicamente, la NASA quería saber que tan débiles resultaban las piernas de un astronauta después de completar un vuelo de seis meses a Marte. Los científicos saben que, como se puede constatar en las personas que pasan mucho tiempo en el espacio, los resultados no son nada buenos.

Después de un tiempo muy corto a baja o nula gravedad (situación replicada en el estudio con camas que dejaban la cabeza del participante en una posición ligeramente más baja que los pies) los músculos comienzan a atrofiarse. Peor aún, la masa ósea comienza a perderse y puede durar años volverla a la normalidad, incluso en gravedad regular, dejándote tan firme como un anciano de 80 años intolerante a la lactosa. La presión arterial también queda totalmente atrofiada, llegando al punto de que es mayor en los pies que en la cabeza.

El estudio incluía un periodo de 14 días posteriores a las pruebas, donde los participantes hacían rutinas de rehabilitación con la finalidad de regresar a sus tareas cotidianas con normalidad. Además, la descripción del estudio evitaba mencionar si el participante debía o no de hacer popó en la cama.

 

3. El experimento de comer tanto como puedas.

¿Ya imaginaste si pudieras ser engordado por la ciencia? Y mejor aún, ¿si los científicos prometieran sacarte de prisión sólo por hacerlo? Este sería un buen momento para mencionar que, en este escenario, tú estás en prisión. Probablemente por un crimen atroz.

En la década de 1970, los investigadores combinaron dos de los pilares de la sociedad norteamericana, la obesidad y las prisiones superpobladas, en un estudio por demás fantástico. Un selecto grupo de presidiarios recibirían libertad anticipada con la condición de incrementar en un 25% su peso corporal.

¡Nada podría ser mejor que eso! Con tan sólo ganar unos kilos extras, estarías a tiempo en casa para golpear a tu mejor amigo por criar a tus hijos y vivir con tu novia.

La realidad.

comida rapida

¿Alguna vez has intentado ingerir 10 mil calorías en un solo día? Claro que no. Esos números corresponden solamente a atletas de alto rendimiento como Michael Phelps y él lo hace únicamente porque se ejercita todo el día. Pero justamente eso fue lo que los prisioneros de nuestro estudio hacían todos los días, y los efectos colaterales casi hacían que la prisión fuera una opción mucho más agradable. Además de eso, tenían que ganar peso comiendo la comida de la prisión, que no es, ni de lejos, una selección de platillos franceses.

Las consecuencias no fueron nada agradables: vómito, depresión, dificultad en el flujo intestinal y una infinidad de otros problemas de salud que vienen cuando se consumen tantas calorías en cortos periodos de tiempo. Existe también un entumecimiento que vienen con la ingestión de tantos alimentos que puede conducir a la adicción y, eventualmente, a los síntomas de abstinencia. Ah, y también está el asunto de que engordas como un cerdo.

Peor aún fue lo que sucedió con el 33% de los participantes. Lo que los científicos estudiaban realmente era si existen genes que provocan que algunas personas no engorden. Y resultó que si existen. Tres de los nueve presidiarios no lograban comer lo suficiente para ganar el peso necesario y obtener su libertad anticipada. Como si estar en la cárcel no te hiciera sentir lo suficientemente fracasado, ahora imagínate descubrir que no puedes engordar ni porque tu propia libertad depende de ello.

 

2. El experimento de Di “sí” a las drogas.

En el pasado, drogas como el LSD eran nuevas, excitantes y aparentemente llenas de potencial. El ejército norteamericano y el británico creían que estas nuevas sustancias podían ser útiles en la guerra (supuestamente en los enemigos, toda vez que la precisión de un hombre con una ametralladora disminuye bastante cuando está drogado)

malvaviscos chocolate

Entonces, reclutaron a sus propios soldados para suministrarles grandes cantidades de ácido y de marihuana, con la finalidad de monitorear sus efectos.

La realidad.

Un consejo: si alguien llega y te dice: “hola, te importaría si pruebas esto para ver si resulta una arma eficaz”, corre como si no hubiera mañana. No importa si lo que te ofrecen es un puñado de malvaviscos. Ponte de pie inmediatamente porque algo terrible está a punto de suceder.

En este caso, una de las teorías que los militares querían probar era sí podían suministrar a sus propios reclutas las drogas suficientes como para conducirlos al suicidio. Y no les estaban dando sustancias recreativas; estamos hablando de alucinógenos empleados con fines militares.

El ejército insiste en que ninguno de los involucrados sufrió daños a largo plazo debido al experimento, aunque sus archivos indiquen que un hombre conversó con amigos imaginarios durante días y que otro jugó con gatos invisibles durante algunas horas. El aspecto principal que los militares querían saber era si los soldados aun podían luchar bajo la influencia del LSD y determinaron que sí, los soldados aun eran capaces de combatir.

Algunos soldados procesaron a sus superiores años más tarde, asegurando que el experimento con LSD del gobierno les había producido pérdida de memoria, alucinaciones e “impulsos suicidas”. Los tribunales fallaron en su contra, basados en que, si alguien te pide consumir una gran cantidad de ácido para ver qué sucede, te mereces lo que te suceda.

 

1. El experimento de la riqueza repentina.

¿Y si alguien te regala US$ 100 mil dólares, con la condición de filmar lo que suceda a continuación? ¿Y si estuvieras viviendo debajo de un puente en ese momento? El equipo del documental “Reversal of Fortune” plantó un maletín con 100 dólares a un hombre sin hogar llamado Ted Rodríguez y le dio seguimiento con un equipo de filmación para documentar los resultados. Al principio, Ted hizo exactamente lo que el resto de nosotros haría si encontráramos 100 mil dólares. Se compró una bicicleta nueva, fue por su amigo Mike a la planta de reciclaje y se fueron al parque de diversiones local.

pobreza

Ah, y también encontró un lugar para vivir, volvió a establecer contacto con la familia y se buscó una novia. Quizá también nosotros harías eso, pero obviamente después del parque de diversiones.

La realidad.

Las personas que han sido pobres durante años se vuelven muy buenas en lo que hacen. Si se gana un salario mínimo, se aprende a vivir con ese salario. Si te quedas sin casa, te adaptas a vivir en la calle.

Pero da a un méndigo una tonelada de billetes y de ninguna manera seguirá viviendo como un méndigo. Sin embargo, tampoco vivía como un hombre con US$ 100 mil dólares. Intentó vivir como un millonario porque él no tenía ni idea de cómo vivir con USD$ 100 mil.

Las personas acostumbradas al dinero no compran carros a sus amigos ni a sus nuevas novias, ni gastan todo su tiempo libre echando la flojera en los bares locales. Y precisamente eso fue lo que hizo Ted. Las personas con dinero tienden a conservar sus empleos, lo que Ted se rehusó a hacer, a pesar de ser aconsejado para encontrar uno por sus amigos, familia, un defensor de las personas sin hogar y un planeador financiero. En las palabras de Ted, él estaba “hecho por la vida”.

Después de comprarse un camión de US$35 mil dólares para sí mismo, de comprar un auto para su novia y otro para Mike, el de la planta de reciclaje (quizá pensaste que inventamos al tipo), y gastar cerca de USD$1 mil por semana en el bar, Ted tenía menos de US$ 5 mil dólares después de apenas seis meses.

Claro que este fue el caso de un méndigo. Tú, obviamente, tratarías con esta oportunidad de una forma más responsable, ¿verdad? Pues no, probablemente no. Sucede que incluso los ganadores de la lotería de clase media pasan exactamente por la misma situación antes de finalmente perder todo y acabar peor que antes.

Aun así, se logró un excelente documental. Y suponemos que Ted se quedó con la bicicleta. El resto de nosotros, sin embargo, aprendió una valiosa lección que nos da un poco de riqueza súbita y que es semejante a darle un helicóptero a un perro: es increíble durante algunos minutos hasta que todo se va al demonio.

Fuentes: Cracked, Boston.com, IMDB

14 comentarios en «5 experimentos psicológicos que parecían divertidos… hasta que comenzaron»

  1. Como no hacen experimentos de los 100 mil dólares en México, sí me lo encuentro no digo nada y viviría la vida normal, aunque no es mucho dinero realmente.

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  2. Moraleja: Antes de aceptar la maravilla de oportunidad que te ofrecen como empleo (“Importante empresa… trabajo sencillo… sin descuidar tu actividad actual… no se necesitan estudios superiores… etc. etc.) piensa que nadie da nada a cambio de nada. Igual cuando te ofrecen una ganga (originalmente la palabra significa “cosa sin valor”) o ventajas increibles, razona: Los jardines en la Luna no existen. Alguien tendió una ratonera para ingenuos. Allá tú si te dejas atrapar.

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  3. Yo pertenecí a esos experimentos tenia prostitutas en mis oficinas del PRI, contaba con un buen almacenaje y retención de alimentos (curiosamente estaba en el 33% de las personas que se rehúsan a engordar) , pasaba horas enteras descansando en el gabinete y el dinero, como crees que alguien como yo consigue mujeres.

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  4. Si el dinero se lo hubieran dado a cambio de algo (como un piquetito por ejemplo) no lo hubiera despilfarrado, si ya lo decia mi abuelita “hasta la caca se cuida cuando te cuesta te esfuerzas en obtenerla”

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  5. Conclusion Ni todo el dinero, ni todas las drogas, Ni toda la comida , ni estar de flojo Ni el sexo en esos niveles puede llevar a algo bueno

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  6. Que buenos experimentos. Que bien seria que me dijeran lo de dormir. Cosas que pasan en la vida, las personas que nunca han tenido nada o que no tienen aspiraciones, pues eso es. No aspiran a nada.

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  7. Bueno si, cuando tienes dinero te aparecen amigos , parientes y conocidos de todas partes… Y como decian antes en la tv, si te ofrecen algo en la calle: “mucho ojo”.

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