12 casos de bondad para inspirarte

Con nuestra posición corporal, el tono de nuestra voz e incluso con la dirección de nuestra mirada somos capaces de demostrar sentimientos e intenciones todo el tiempo. Ser bondadoso, muchas veces, más que una obligación, puede convertirse en un estilo de vida.

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Y lo mejor de todo, la cosa más fascinante de la bondad, es que hace bien tanto al que la práctica como a quien la recibe. En seguida, encontrarás historias de profunda bondad que seguramente te alegrarán el día.

 

1 – Somos bondadosos cuando le mostramos al prójimo lo importante que es.

Tanto mi marido como yo estamos desempleados, hoy, fecha en que cumplimos diez años de matrimonio, acordamos que no compraríamos regalos. Cuando desperté esta mañana, mi marido ya se había levantado. Bajé las escaleras y encontré bellas flores silvestres regadas por toda la casa. Imagino que eran unas 400 flores en total y él, cumplió su promesa, no gastó ni un solo centavo.

 

2 – Somos bondadosos cuando no ponemos límites, horarios o reglas a nuestros sentimientos.

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Mi abuelo conducía de regreso a casa cuando, de repente, se detuvo y se echó de reversa mientras me decía: “Olvidé recoger un ramo de flores para tu abuela. Me voy a detener aquí en el vivero, solo tomará una minuto”. ¿Qué tiene de especial el día de hoy, que tienes que comprar flores? – le pregunté. “No hay nada especial hoy” – respondió mi abuelo – “cada día es especial y tu abuela adora las flores”.

 

3 – Somos bondadosos cuando observamos la necesidades de otros e inventamos una forma de suplirlas.

Estuve internada en un hospital por casi un mes después de un incendio en mi casa. Hoy, y cada día de los últimos dos meses, desde que volví al colegio llena de cicatrices, encontré una rosa roja en mi butaca todas las mañanas. No tengo ni la menor idea de quien llega tan temprano a la escuela para dejarme las rosas. Incluso intenté llegar temprano algunas veces para descubrir quien las deja, pero ya estaban allí.

 

4 – Somos bondadosos cuando nos involucramos en el problema de otro.

Soy maestro de lengua de señas. Hoy, una mujer que perdió el habla debido al cáncer se inscribió a mi clase. Su marido vino a acompañarla, cuatro hijos, dos hermanas, una hermano, la madre, el padre y doce de sus amigos más cercanos. Todos ellos vinieron para saber cómo se comunicarían con ella ahora que no podía hablar más.

 

5 – Somos bondadosos cuando le damos al tiempo la oportunidad de sorprendernos.

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Hoy me inspiré en un matrimonio de ancianos y en la manera en que se miraban… se notaba que estaban muy enamorados. Cuando el esposo mencionó que estaban celebrando su aniversario, yo les sonreí y dije: “Déjeme adivinar. ¡Ambos están juntos desde siempre!” Ambos rieron y la anciana contestó: “En realidad no, hoy es nuestro quinto aniversario de estar juntos. Ambos sobrevivimos a nuestro primer matrimonio y, entonces, la vida nos bendijo con un ‘flechazo’ directo al corazón”.

 

6 – Somos bondadosos cuando sabemos esperar.

Tras una larga temporada trabajando en el extranjero, mi novio finalmente volvió a casa. Hacía casi un año, me había enviado un paquete y me dijo que no tenía permiso se abrirlo hasta que él volviera a casa dos semanas después. Sin embargo, su misión se prolongó durante 11 meses. Cuando finalmente volvió, me dijo que podía abrir el empaque. Ahí estaba un anillo, y entonces se puso de rodillas.

 

7 – Somos bondadosos cuando ayudamos a otros a superar sus obstáculos mentales.

Me senté con mis dos hijas, una de 4 y otra de 6 años, para explicarles que teníamos que salir de nuestro hogar de cuatro habitaciones para mudarnos a un apartamento de apenas dos recamaras hasta que pudiera encontrar un nuevo empleo. Mis hijas intercambiaron miradas por un momento y, en seguida, la más joven se volteó hacía mí y preguntó: “¿No vamos todos juntos?” “Sí” – le respondí. “¡Ah! Entonces no es la gran cosa”, dijo ella.

 

8 – Somos bondadosos cuando reconocemos la importancia del otro en nuestra vida.

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Hoy, en nuestro 50º aniversario de bodas, ella me sonrió y dijo: “Solo me hubiese gustado haberte conocido antes”.

 

9 – Somos bondadosos cuando el deseo de ofrecer un abrazo nos hace romper las distancias.

Hace poco falleció mi madre después de una larga batalla contra el cáncer. Mi mejor amigo vive a 2,000 millas de distancia y me llamó para ofrecerme un poco de consuelo. Mientras hablábamos al teléfono, el preguntó: “¿Qué harías si me apareciera en tu casa y te diera el abrazo más grande del mundo?” Entonces tocó el timbre.

 

10 – Somos bondadosos cuando aceptamos al otro tal y como es.

Soy camarera en una cafetería. Hoy, cuando dos homosexuales entraron tomados de las manos, una pequeña preguntó a su madre porque esos dos hombres se tomaban de la mano. Su madre respondió: “Porqué se aman”.

 

11 – Somos bondadosos cuando nuestra vida se pone al servicio de quienes amamos.

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Cierto día operé a una pequeña. Ella necesitaba una transfusión sanguínea del tipo O-. Nosotros no teníamos nada de este tipo de sangre, pero su hermano gemelo también era O-. Entonces lo llamé y le expliqué que era una cuestión de vida o muerte. Él se quedó en silencio por un momento, y entonces les dijo adiós a sus padres. No pensé más en su acción hasta que, después de que le retiramos la sangre, él preguntó: “¿Entonces, cuando voy a morir?” Él pensó que tenía que dar su vida por la de ella. Afortunadamente, los dos están bien.

 

12 – Somos bondadosos cuando nuestras palabras hacen más grande a otra persona.

Hoy, mi hijo de 8 años de edad me dio un abrazo y me dijo: “Eres la mejor mamá del mundo entero”. Sonreí con sarcasmo y le respondí: “¿Cómo puedes saberlo? No conoces a cada madre que existe en el mundo entero”. Mi hijo apretó con más fuerza y dijo: “Sí, lo sé por qué tu eres mi mundo”.

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