La historia del cocodrilo de Lacoste

Antes de convertirse es un exitoso empresario, el francés René Lacoste fue una superestrella del tenis. En el año de 1926 clasificó como el número uno del mundo y durante su carrera como tenista salió victorioso en siete torneos del Grand Slam. Pero estaba convencido de que la vestimenta tradicional del deporte era incómoda y limitaba los movimientos: camisas blancas abotonadas de mangas largas, pantalones largos y una corbata. Era como jugar al fútbol vestido de bombero.

cocodrilo de lacoste bordado

A Lacoste le preocupaba que la camisa se adaptara a los movimientos naturales del deporte. En un artículo publicado en 1979 por la revista People, se escribió:

“Cierto día noté que mi amigo, el marqués de Cholmondeley, había llevado una camisa polo a la cancha”, recuerda René. “Qué idea tan maravillosa, pensé para mis adentros”. De hecho, resultó algo tan práctico que René le encargó a un sastre inglés la fabricación de algunas camisas en lana y algodón. “En poco tiempo todo mundo las estaba usando”, sonríe.

Los especialistas atribuyen la invención de la camisa polo a una solución para las necesidades de los jugadores británicos en la India del siglo XIX. El estilo después sería imitado en los Estados Unidos por John Brooks, nieto del fundador de la Brooks Brothers, después de ver a los jugadores de polo portando las camisas en Inglaterra a finales del siglo XIX.

En esa misma época, los fanáticos de Lacoste y los medios empezaron a llamarlo “El Cocodrilo”. Las razones del apodo no son del todo precisas, pero se especula que quizá por su agilidad atlética, su nariz puntiaguda o por una apuesta.

Dicen que la prensa estadounidense le dio el mote de “alligator” en 1927, después de haber apostado un bolso de piel de cocodrilo con el capitán del equipo francés de la Copa Davis. Cuando regresó a Francia, el “alligator” pasó a ser “cocodrilo”, y supuestamente Lacoste se hizo conocido para siempre como “El Cocodrilo”.

Y cuando adoptó el apodo lo hizo en serio, pues empezó a usar el logotipo del reptil bordado en su chaqueta. La hizo su marca personal antes de que existieran las marcas personales.

Henri Cochet y René Lacoste, en esta foto ya es posible apreciar el mítico cocodrilo del tenista.
Henri Cochet y René Lacoste, en esta foto (sin fecha) ya es posible apreciar el mítico cocodrilo del tenista sobre su chaqueta.

Tras retirarse del tenis en 1930, inició su empresa La Chemise Lacoste con su amigo André Gillier, en esa época presidente de la mayor empresa francesa de prendas de punto, para producir y vender camisas con el cocodrilo estampado. La camisa de tenis de Lacoste se abrió camino hasta los Estados Unidos en 1952 y fue cuidadosamente presentada como “símbolo del estatus del deportista competitivo”, en un intento de establecer la marca Lacoste en las altas cúpulas de la sociedad.

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La marca se hizo famosa en los Estados Unidos como Izod Lacoste (Izod era el nombre de una marca textil con la que se había asociado Lacoste en los Estados Unidos), y al principio parecía ser un rotundo fracaso: no existía un mercado amplio en la década del 50 para una camisa polo costosa (en ese entonces cada camisa costaba unos US$ 8, aproximadamente US$71 en la actualidad) con un pequeño cocodrilo bordado en el pecho. Pero Vincent De Paul Draddy, que originalmente licenció el nombre de Lacoste a Izod, tuvo una idea brillante. Obsequió los productos Izod Lacoste a algunos de sus amigos famosos, entre ellos Bing Crosby y John F. Kennedy, y desde ese momento la camisa despegó, y se hizo fácil encontrarlas en las tiendas departamentales. A las personas les encantaba usarlas, especialmente si los ricos y famosos la usaban también.

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Entre la década del 70 y el 80 las Izod, como se hicieron conocidas las camisas, alcanzaron a todas las generaciones. Los adolescentes, especialmente aquellos que querían lucir una apariencia formal, adoptaron el nuevo estilo. A comienzos de la década de 1990 la tendencia se fue desvaneciendo, Izod y Lacoste se separaron en 1993. Lacoste optó por un camino elitista, mientras que Izod presentó productos más accesibles con precios moderados, abandonando a su viejo amigo el cocodrilo.

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René Lacoste murió en 1996.

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