5 cosas simples que se inventaron hace poco

Uno de los problemas de vivir entre smartphones, trasplantes de células madre y Netflix es que tendemos a dar por sentado el concepto de innovación. No cabe duda que nos maravillamos con los nuevos dispositivos tecnológicos, pero tendemos a olvidar que incluso los conceptos más obvios y básicos tuvieron que inventarse en algún punto de la historia. Y aunque no lo creas, algunos son increíblemente recientes.

increible

 

5 – Manijas.

Aunque parezcan algo inherente a la vida humana civilizada, las manijas no existían hasta el año de 1878, momento en que se patentó la manija. Es decir, cuando Porfirio Díaz asumió su mandato como presidente de México el modelo que conocemos hoy ni siquiera existía – una perilla que gira y permite que un pestillo se retraiga y posibilite que la puerta se abra.

manijas

Antes de las manijas, las puertas se abrían y cerraban gracias a cerrojos como este:

No fue sino hasta 1878 que un inventor llamado Osbourn Dorsey registró una patente para el mecanismo de la manija que conocemos hoy y, junto con esto, el primer mecanismo de pestillo interno. Además, demoró bastante para que la manija se hiciera un elemento común en todo el mundo, imaginamos que tomó unas cuantas generaciones dominar la sencilla acción de girar y empujar al mismo tiempo.

 

4 – Los husos horarios.

Si todos los dispositivos de registro de tiempo del planeta desaparecieran de un instante a otro, las cosas se transformarían en un caos total hasta la puesta del sol. Fácilmente podríamos decir cuando es de “mañana”, “tarde” y “noche”. ¿Pero, cómo saber la hora exacta en que sale tu avión o en qué momento debes entrar al trabajo? Sería terrible.

usos horarios

Aunque no lo creas, así funcionaban las cosas para la mayoría de las personas hasta hace relativamente poco tiempo. Para ser exactos hasta 1880, año en que se estandarizó el tiempo.

Durante siglos, ver la hora se traducía en analizar la posición del sol. O, para salvar los benditos globos oculares, en echarle un vistazo al reloj de sol más cercano (por supuesto, siempre que el día no estuviera nublado). Incluso después de la invención de los relojes mecánicos, las personas se seguían guiando por la hora solar, lo que significaba que tu reloj habría sido diferente al de tu amigo ubicado a algunas ciudades de distancia. En aquella época no era un problema muy gordo pues no existía comunicación en tiempo real a través del teléfono o cualquier otra tecnología, y todo mundo estaba a horas de distancia.

Pero el tren vino a cambiarlo todo. Para cuando los trenes entraron en circulación, cada ciudad contaba con su propio tiempo. Así, las personas encargadas del transporte no solo tenían que preocuparse por la hora local, sino también por la hora del final de la jornada, además de la hora de cada unión en la vía férrea. Por esta razón las grandes estaciones tenían enormes relojes para marcar distintas horas.

Y durante un tiempo, esta parecía la única forma posible de hacer frente a la situación. El tiempo solar eran tan natural como respirar. Y es que no fue nada fácil que tras de miles de años las personas cambiaran su forma de ver el tiempo… o quizá sí.

El 1 de diciembre de 1847, los británicos jugaron con el destino al emplear el Greenwich Mean Time (GMT, en español “tiempo medio de Greenwich”), su plan para instituir husos horarios con la finalidad de mantener a sus trenes funcionando dentro del cronograma. Pero no fue sino hasta 1880 que los husos horarios se estandarizaron y se convirtieron en una ley en Gran Bretaña, y en 1883, zonas basadas en el GMT también lo convirtieron en ley en los Estados Unidos. En 1929, la mayoría de los otros países alrededor del mundo ya habían adoptado el sistema de husos horarios. Y, aunque no lo creas, es posible que hoy existan personas que no vivieron según el sistema GMT en algún punto de sus vidas.

 

3 – Los supermercados.

Cuando piensas en “compras de supermercado”, probablemente viene a tu mente una imagen muy específica: un carrito repleto de empaques coloridos y tú con una lista. Y antes de estos modernos supermercados, las cosas eran parecidas, pero en una tienda de conveniencia antigua, ¿cierto? Y antes de eso teníamos a las ferias de agricultores, donde podías elegir cebollas, maíz o gallinas y llevarte todo en una canasta.

supermercado vista aerea

Esto quiere decir que la experiencia de compra prácticamente se ha mantenido igual desde… digamos, ¿la Antigua Roma? Pues no. Las tiendas a las que vas y tomas los productos que deseas no existieron hasta 1916. Fue en ese año que Clarence Saunders, propietario de una tienda, tuvo la idea de crear el supermercado moderno. En su tienda “Piggly Wiggly”, los clientes podían hacer algo que antes parecía prohibido: tomar los productos de los estantes.

Esta es la parte novedosa. Cien años en el pasado, una persona que deseaba hacer un sándwich tenía que escribir todo en una lista, a continuación entregar el papel al empleado de la tienda y esperar. Así, el trabajador revisaba el inventario, completando los artículos del pedido como si fueran de él. No podías elegir los productos, te conformabas con lo que te entregaban.

Si el cliente tenía suerte, había varios empleados y una pequeña fila frente a él. En caso contrario, además de tener que esperar por tiempo indefinido mientras buscaban sus compras y de todas las demás personas, corría el riesgo de tener un artículo vergonzoso en su lista y que todo mundo viera lo que estaba llevando.

Esta nueva configuración presentó diversas ventajas. La primera era que la tienda podía reducir el costo de los productos pues las compras no resultaban tan trabajosas (después de todo, el cliente hacía todo el trabajo. Apuesto que es algo en lo que ni siquiera piensas cuando empujas el carrito de supermercado). Las tiendas también pudieron acomodar más clientes al mismo tiempo, pues no tenían que esperar a que los atendieran.

Y los clientes recibieron el modelo con los brazos abiertos. En una década, la cadena de supermercado se extendió por toda Norteamérica.

 

2 – Osos de peluche.

Hay que ser un ogro sin corazón para no guardar cierto cariño por un oso de peluche bien usado. Es un juguete tan tradicional que podemos imaginar a nuestros abuelos sosteniendo uno cuando eran pequeños. Y antes de eso, probablemente en todo el mundo había versiones propias de los muñecos de peluche – especialmente de los osos. Los osos de peluche son tan comunes, que deben estar con nosotros desde hace cientos de años, ¿verdad?

oso de peluche teddy bear

Bueno, la realidad es que los osos de peluche no existieron sino hasta 1902. Es decir, no importa que tan viejo parezca un oso de peluche, es imposible que tenga más de 114 años de edad. Para poner esto en perspectiva, este juguete es más moderno que la lámpara, el descubrimiento de los rayos-x y que el papel higiénico.

En 1902, el presidente estadounidense Theodore Roosevelt fue invitado a un viaje de cacería por el gobernador del estado de Mississippi. Todos en el grupo de caza tenían algún animal muerto para llevar a casa al final de la excursión, menos el pobre Teddy. No queriendo afectar el honor de su invitado, el grupo de caza de Mississippi hizo lo que cualquier grupo de caza que se preciara en el siglo XX haría: atraparon a un cachorro de oso y lo ataron a un árbol para que el presidente de los Estados Unidos disparara.

Y Teddy Roosevelt, como todo buen caballero, se rehusó a tirar porque era antideportivo (pero ordenó a su comitiva que disparara al oso para poner fin a su sufrimiento).

La historia de la piedad que exhibió Roosevelt se extendió como el fuego, especialmente después que un caricaturista ilustró el episodio en un dibujo político publicado por “The Washington Post” que se reprodujo en todo el país.

ilustración teddy bear

La ilustración inspiró a Morris Michtom, propietario de una papelería en Brooklyn, a crear el “Teddy’s Bear” (forma en que se les conoce coloquialmente a los osos de peluche en inglés). Y fue en este punto que las cosas estallaron para la industria de los osos de peluche. Estos juguetes se convirtieron en las muñecas de trapo del siglo XX. En 1906, las personas ya cantaban canciones del oso de peluche en sus picnics, y el propio Roosevelt usó al oso como su mascota en su exitosa campaña de reelección.

 

1 – Nacionalismo.

De todos los puntos en la lista este es, por mucho, el más difícil de entender en su totalidad. Probablemente conociste a un nacionalista en algún punto de tu existencia. No se trata de un patriota cualquiera. Un nacionalista es una persona que transforma el amor a su país en una religión y cree que su nación y su bandera son una isla de justicia en un océano repleto de extranjeros malvados.

bandera gigante

¿Pero, desde cuando existen estos sujetos que se toman a su nación demasiado en serio? Aproximadamente, desde finales del siglo XVIII.

Hasta ese tiempo, estos sujetos celosos estaban más preocupados con la lealtad a su grupo étnico, líder, religión, ciudad-estado o tribu. Y no por su país, pues los países como los entendemos hoy ni siquiera existían.

Es difícil comprender lo diferente que era el mundo entonces. La mayoría de las naciones de la época en realidad eran un compendio de enclaves étnicos, generalmente hablando varios idiomas dentro de un mismo país, a veces unidos bajo un líder. Sin embargo, pensar en sí mismos como “franceses” o “rusos” simplemente no formaba parte de su personalidad.

Por ejemplo, Francia que tiene ese estereotipo tan fuerte de nativo: el francés xenófobo que odia a los turistas todavía es una figura fuerte y es de esperarse que se moleste con las personas que no hablan perfectamente el francés cuando viajan para allá. Entonces, considera lo siguiente: en 1789, solo la mitad de la población en Francia realmente hablaba francés, y solo 12 o 13% de esas personas lo hablaban “bien”.

Y lo mismo sucedía en otros países de Europa, las personas simplemente no se veían como ciudadanos de una nación específica. No fue hasta que los “fundadores de las naciones”, inspirados por la Ilustración, pusieron en sus cabezas que los Estados deberían regirse por el pueblo, y fue entonces que las personas empezaron a adoptar la idea de Estado. Cracked

7 comentarios en «5 cosas simples que se inventaron hace poco»

  1. muy buen post, no sabia lo de los osos…
    solo como detalle, los unicos que se maravillan con las nuevas tecnologias somos la generacion vieja, porque eso no existia en nuestra epoca, las generaciones nuevas como toda esta teconologia al nacer ya existe para ellos es normal, es como si a nosotros en nuestra niñes nos maravillara la tv, para sorprender a la generacion nueva, muestrenle tecnologia de antes, como por ejemplo tratar de explicarles que antes para ver cine en casa, nesesitabas una videocasetera, inscribirte en un video club, rentar la peli si la habia o esperar que alguien la devolviera, verla, y devolverla, aa y revobinarla y explicarles que es eso, se les quedaran viendo con cara del negro confundido

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    • Interesante el madrazo que te propino el funcionario administrativo, responsable de la dirección del estado de Morelos de joroba pronunciada y de escaso cuello aquella calurosa tarde en el puerto de Ver… Disculpa no era aquí.

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