Volgogrado, la ciudad donde cambió la historia

En esta ciudad, conocida como Stalingrado hasta 1961, se suscitó una de las batallas más sangrientas en la historia de la humanidad. Quizá por eso no resulte extraño que durante las excavaciones para la remodelación de la Arena Volgogrado, donde se jugarán 4 partidos de la Copa del Mundo 2018, los obreros hayan encontrado restos óseos y vestigios de bombas bajo el estadio.

volgogrado

Volgogrado se ubica en los márgenes del río Volga, y durante la Segunda Guerra Mundial fue escenario de una de las batallas más cruentas del conflicto. De acuerdo con algunas estimaciones, al menos dos millones de personas murieron o resultaron heridas en un episodio clave que cambió los rumbos de la historia. Cuando la batalla llegó a su fin, Stalingrado quedó reducida a un montón de escombros y se convirtió en un cementerio a cielo abierto. La victoria de los soviéticos sobre los nazis terminó pasando una enorme factura a la población del lugar.

Durante tres décadas y media, Volgogrado llevó el nombre del líder que condujo a la Unión Soviética a la victoria (tras perderlo casi todo): la ciudad fue fundada en el año de 1589 con el nombre de Tsaritsyn, y en 1925 la rebautizaron como Stalingrado en homenaje a las acciones de Iósif Stalin, “el secretario” del Partido Comunista de la Unión Soviética que comandó tropas bolcheviques en el lugar durante la Guerra Civil en los albores de la década de 1920.

Mamáyev kurgán escultura en volgogrado

Para 1961, como parte de las acciones del líder Nikita Jrushchov para “desestalinizar” la cultura y sociedad soviética, el nombre de la ciudad cambió nuevamente recibiendo el del río que corre en la zona. Sin embargo, los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial jamás serían olvidados. En 1967 se realizó la construcción de un monumento de 85 metros de altura con la representación de la Madre Patria Rusa: sobre el monte Mamáyev Kurgán, la estatua de una mujer con facciones heroicas levanta una espada colosal. La escultura, visible desde diversas partes de la ciudad, se ubica aproximadamente a un kilómetro de la Arena de Volgogrado.

 

Una jugada maestra con olor a traición.

A pocos días del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando se supo que el diplomático soviético Viacheslav Mólotov se encontraría con representantes del régimen nazi de Alemania, el movimiento socialista del mundo entero entró en shock. Con el respaldo de Iósif Stalin, el 23 de agosto de 1939 se firmó un tratado de no agresión donde también se acordaban los términos para “la repartición” del territorio polaco y así, el 1 de septiembre, Alemania inauguró el conflicto mundial invadiendo el país del este europeo.

Stalin

Para algunos militantes socialistas, no había duda de que la táctica de los soviéticos era una señal de sumisión ante el poderío de los nazis – o tal vez un claro indicio de traición. Sin embargo, los líderes soviéticos sabían que firmar aquel tratado les permitiría ganar un poco de tiempo: la Unión Soviética pasaba por un proceso tardío de industrialización, y eran infinitamente más débiles que los alemanes.

Por si fuera poco, entre 1936 y 1938 Stalin se consolidó en el poder a través de un proceso que implicó perseguir y eliminar toda clase de oposición. Líderes bolcheviques históricos como Grigori Zinóviev, Lev Kámenev y Nikolái Bujarin fueron acusados de conspirar contra el líder soviético y poner en riesgo la revolución. Fueron perseguidos, apresados y posteriormente ejecutados. Pero la persecución no se limitó a la esfera política, pues tres de cinco mariscales soviéticos terminaron en el paredón, y el mismo destino sucedió a cientos de oficiales de las fuerzas armadas.

Lideres bolcheviques revolucion rusa

 

 

Engañando al enemigo.

Con un ejército sin cabeza y pocos recursos tecnológicos para la guerra, a la Unión Soviética no le quedaba otra opción que llevar a cabo maniobras que postergaran al máximo su ingreso a la Segunda Guerra Mundial. Y sabían que involucrarse en el conflicto era inevitable: derrocar al fascismo era una condición elemental para la subsistencia de los ideales soviéticos y su intento por realizar una transición al socialismo.

Después de todo, el pensamiento político de los nazis se resumía en dos premisas básicas: para que los alemanes alcanzaran la victoria final, se hacía necesario derrotar a las “razas inferiores” y erradicar cualquier rastro de comunismo. Los nazis defendían la existencia de un Estado fuerte que velara por el bien de los trabajadores, pero que no permitiera de ninguna forma el surgimiento de movimientos sociales o sindicales que contrariaran la estrecha relación entre empresarios y miembros del partido.

En 1933, los libros de Karl Marx fueron quemados en una plaza pública bajo el argumento de que “era necesario llevar a cabo una purificación radical de la literatura alemana extirpando elementos extraños que pudieran alienar la cultura”.

 

La madre de todas las batallas.

El pacto de no agresión llegó a su fin el día 22 de junio de 1941, cuando Hitler ordenó el comienzo de la Operación Barbarroja que implicaba desplazar a casi cuatro millones de soldados alemanes para desaparecer a la Unión Soviética del mapa y levantarse con la victoria en muy poco tiempo. Recurriendo a una táctica llamada Blitzkrieg, que implicaba realizar ataques rápidos y precisos utilizando aviones de la Fuerza Aérea y tanques blindados, Alemania se desplazaba a gran velocidad sobre tierras soviéticas.

24.ª división panzer en stalingrado
24.ª División Panzer alemana en Stalingrado.

Al mismo tiempo que se encaminaban a Moscú, los nazis también se desplazaban al sur para tomar posesión de los campos de petróleo del Cáucaso.

Para noviembre, la bota nazi ya pisaba la puerta de la capital Moscú. Como una forma de levantar la moral a la población, la Unión Soviética hizo una pausa para recordar el aniversario de la Revolución Bolchevique: las tropas hicieron un desfile frente al complejo del Kremlin, la sede del poder soviético, y volvieron a la batalla.

Ofensiva alemana al sur de rusia noviembre 1942
Ofensiva alemana al sur de Rusia en noviembre de 1942

El invierno ruso y la movilización popular resultaron determinantes para la contraofensiva: para enero de 1942, los alemanes se retiraban de Moscú. Sin embargo, la situación todavía era incierta.

 

Stalingrado.

Mientras peleaba por mantenerse a flote, el Ejército Rojo estableció una línea de defensa en Stalingrado para frenar el avance alemán e impedir que se apoderaran de los campos de petróleo al sur. El río Volga sirvió como vía de comunicación para el traslado de tropas y suministros básicos para la población, que se había quedado en la ciudad trabajando en la producción de armamento y excavación de trincheras. En los últimos días de julio de 1942, los nazis emprendieron un intenso bombardeo aéreo sobre Stalingrado. Miles de civiles murieron durante las explosiones y los incendios provocados por los ataques.

Soldado muerto por congelamiento en stalingrado
El invierno tampoco tuvo piedad con los invasores.

Completamente impotentes ante la superioridad tecnológica de Alemania, los soviéticos desplegaron una táctica que implicaba acercar al máximo sus líneas militares a las vanguardistas tropas nazis, atrayendo al enemigo al interior de la ciudad. De esta forma, lograrían reducir el ataque de los bombarderos y los tanques blindados.

Soldados sovieticos en stalingrado
Soldados soviéticos en Stalingrado.

Mientras tanto, Iósif Stalin enunciaba la orden 227: bajo la consigna explícita de “Ni un paso atrás”, se establecía que ninguna tropa podía emprender la retirada sin autorización – aquellos que desobedecieran la orden corrían el riesgo de ir a prisión y ser fusilados.

Durante la segunda mitad de 1942, Stalingrado se convirtió en un matadero: el monte Mamáyev Kurgán, donde hoy se levanta el monumento de la victoria, constantemente cambiaba de manos. Un día ondeaba la bandera soviética y al otro el estandarte de la Alemania nazi. En una fábrica de acero llamada Octubre Rojo, los trabajadores no paraban la producción mientras los soldados se disputaban el perímetro.

Bandera nazi en stalingrado

En batallas libradas casa a casa, prevalecía el despliegue de tiradores de élite: uno de los más famosos fue el francotirador soviético Vasili Záitsev, que se convirtió en héroe tras abatir a 243 alemanes en Stalingrado.

 

Operación Urano.

No fue ninguna casualidad que el conflicto pasara a la historia como “La madre de todas las batallas”. Para diciembre, el Ejército Rojo desplegaba la Operación Urano, donde tomaron ventaja de una brecha en las líneas enemigas para ejecutar un movimiento de contraataque. Al concentrar el fuego sobre las tropas rumanas, que ayudaban a los nazis y tenían menos equipo, los soviéticos emprendieron un movimiento para cercar al enemigo antes de asestar el golpe final.

Operacion urano en stalingrado

Afrontando problemas en las líneas de abastecimiento, los alemanes también sufrían la inclemencia del invierno ruso. En enero de 1943, los líderes alemanes informaban a Hitler que las tropas se habían quedado sin alimento y munición. En respuesta, el führer ordenó llevar la lucha hasta el último hombre.

El día 2 de febrero, tras 730 mil muertos, heridos o desaparecidos, las tropas nazis ofrecieron la rendición. Pero la victoria de los soviéticos cobraba un precio demasiado alto: durante esos meses de conflicto, se suscitaron más de 1.1 millones de bajas, con un número indeterminado de civiles muertos. Desde Stalingrado, la Unión Soviética emprendió los contraataques que culminarían con el arribo del Ejército Rojo a Berlín en abril de 1945.

La bandera roja con la hoz y el martillo al centro ondeaba en pleno Reichstag, el Parlamento Alemán que fue testigo del ascenso y caída del nazismo.

6 comentarios en «Volgogrado, la ciudad donde cambió la historia»

  1. Se ve impresionante la estatua de la Madre Patria Rusa, que ¡viva la URSS ahora Rusia¡ Todo allá es impresionante tanto lo malo como lo bueno, todos los lugares y monumentos que debe haber se ven impresionantes.

    Responder
  2. De hecho fueron tres batallas importantes que dieron fin a la segunda guerra mundian: la batalla de estalingrdo, el sitio de budapest y la batalla de berlin.

    Responder
  3. Lo rusitos ganaron la guerra, ah! pero los yankes siempre se adjudican la victoria, sin lugar a dudas volgogrado es una ciudad que debes visitar cuando menos una vez en la vida

    Responder
  4. El monumento a la madre patria que tiene la ciudad es una barbaridad, si en imagenes se ve espectacular no me lo imagino en vivo, aunque quiza se vea magnanima por cuestion de persepectiva fotografica , como sea se ve muy chida…

    Responder

Deja un comentario