Victoriano Huerta: Lo bueno, lo malo y lo feo.

Victoriano Huerta
Victoriano Huerta (1845 - 1916)

LO BUENO: Inteligencia y disciplina.

Nacido en Colotlán, Jalisco, fue uno de los pocos niños de su comunidad que asistió a la escuela municipal. Saber leer y escribir le permitió ser asistente y secretario personal del General Donato Guerra. Gracias a su buen servicio e inteligencia se le concedió una beca para ingresar al Colegio Militar de donde se graduó como ingeniero, siendo uno de los mejores alumnos. “De indios que se educan como usted, la patria espera mucho”, dijo elogiándolo Benito Juárez en una visita a las instalaciones del Colegio.

LO MALO: Traidor, sediento de sangre.

Sus campañas militares contra los yaquis, los indios mayas y los zapatistas; sus procedimientos sanguinarios, la quema de poblaciones enteras y el fusilamiento de rebeldes le ganaron la reputación de un “animal sediento de sangre”

Tras estallar la decena trágica el 9 de febrero de 1913, Huerta se ofreció a sofocar a los golpistas; Madero le entregó el mando militar, pero Huerta optó por confabularse con ellos y mover maquiavélicamente los hilos necesarios para llegar a la presidencia. Bajo amenazas, engaños y falsas promesas, se alió con Félix Díaz; conspiró con Henry Lañe Wilson para precipitar la renuncia de Madero; preparó el golpe militar; se arregló con Lascuráin para investir de legalidad la usurpación del poder y, finalmente, ordenó la muerte de Madero y Pino Suárez.

Durante su gobierno “usurpador” fueron asesinados más de 100 opositores a su régimen tan sólo en la Ciudad de México, entre ellos el senador Belisario Domínguez, luego de dar un discurso en su contra.

LO FEO: Ebrio sagaz.

Victoriano Huerta, infame y oportunista traidor, capaz de disponer de la vida de los otros con una frialdad inaudita, pasó su breve dictadura bajo los influjos del alcohol. Nunca intentó ocultar su gusto por el coñac y la ebriedad jamás le hizo perder su astucia; “cuanto más bebía más se le aclaraba el cerebro” decían algunos de sus colaboradores. En enero de 1916, el alcohol le cobró la vida. Murió a consecuencia de una cirrosis etílica en El Paso, Texas.

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