¿Por qué Venus es el «gemelo malvado» de la Tierra?

En la organización planetaria del Sistema Solar, Venus ocupa el segundo lugar. Y recibe este peculiar nombre de la diosa romana del amor y la belleza. Se estima que tiene unos 4,500 millones de años y es uno de los objetos más brillantes de nuestro firmamento, solo superado por el Sol y la Luna. Aunque, más allá de eso Venus guarda numerosos misterios.

Venus gemelo malvado de la Tierra(1)

Por eso los científicos suelen referirlo como el “gemelo malvado” de la Tierra. Mote donde se sugiere que ambos planetas se originaron a partir del mismo material, como si se tratara de un óvulo dividiéndose. Por si fuera poco, Venus y la Tierra presentan tamaños y densidades semejantes.

Venus: el gemelo malvado de la Tierra.

Más allá de una mera casualidad, este apodo está sustentado por una serie de factores. Los científicos lo refieren como un gemelo malvado porque, a diferencia de la Tierra, Venus destaca como un mundo hostil para el ser humano y cualquier tipo conocido de vida. En su atmósfera se encuentra una capa de 24 km de grosor compuesta principalmente por dióxido de carbono. Y sus cielos suelen cubrirse con nubes de ácido sulfúrico.

Por eso, el efecto invernadero en este planeta es dantesco. Las temperaturas en Venus suelen alcanzar niveles increíblemente altos. Por ejemplo, algunas estimaciones sugieren que en la superficie venusina el termómetro puede alcanzar los 480 °C. En esos lares, el plomo se derretiría para convertirse en líquido.

Hasta hace algunos años nos dimos cuenta de que en Venus nunca existieron océanos, a diferencia de lo que se creía en el pasado. “Es un lugar de locura, aunque sumamente interesante”, señala Lori Glaze, directora de ciencias planetarias en la NASA. Aunque, los motivos para que Venus se considere el gemelo malvado de la Tierra van mucho más allá.

Y aunque la comunidad científica lo denomine planeta “malvado”, la realidad es que genera mucho interés entre los amantes de la astronomía. Por ejemplo, en 2021 un estudio encontró indicios de que la corteza de Venus puede tener placas tectónicas que se rozan entre sí. Un fenómeno muy parecido a lo que sucede en nuestro planeta.

¿Placas tectónicas en Venus?

Aunque, cabe aclarar que las placas de Venus no son iguales a las placas tectónicas terrestres. Sin embargo, el hallazgo sugiere que la corteza de este planeta no es una litosfera integral y continua, sino que presenta movimiento convectivo bajo la superficie. Algo así no solo proporciona una visión diferente sobre Venus, también podría ayudar a comprender mejor la evolución y dinámica tectónica de nuestro propio planeta.

“En Venus se identificó un patrón desconocido de deformación tectónica, aparentemente impulsado por el movimiento interno, como sucede en la Tierra. Aunque difiere de la tectónica observada aquí, aún se mantiene como evidencia de movimiento interior expresado sobre la superficie venusina”, explica Paul Byrne, científico planetario de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

Placas tectónicas en Venus

Pese a las semejanzas, el desarrollo de la Tierra y Venus siguió caminos muy diferentes. Y las razones de que esto sucediera así aún no están muy claras. Por eso, si los científicos logran explicar cómo uno se transformó en un desierto abrasador y el otro en un planeta oceánico, estaremos en mejor posición para entender exoplanetas similares.

“En la Tierra, las placas tectónicas son impulsadas por la convección del manto. Las diferencias de temperaturas en esta capa intermedia de nuestro planeta propician ese movimiento, que termina transferido a la superficie en forma de movimiento de placas. Y un mecanismo similar parece estar actuando en Venus. No se trata de placas tectónicas como las de la Tierra, pues en aquel planeta no se forman sistemas montañosos como aquí y tampoco hay evidencia de sistemas de subducción gigantes. Pero esto es indicio de deformación debido al flujo del manto interior, algo que no se había demostrado a escala global con anterioridad”, señala Byrne.

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