El Sol se mostró muy inquieto en los últimos días de junio. Desde la tercera semana del mes, la estrella entró en erupción con incontables explosiones donde nubes gigantes de material solar fueron arrojadas sin piedad al exterior de la gigante bola de fuego.
Este fenómeno se conoce como eyección de masa coronal, y las de junio fueron disparadas en dirección a la Tierra. El resultado de esto fue una tempestad geomagnética que llevó al cielo a encender un espectáculo de luces maravilloso, mucho más al sur de lo que es habitual.