Nos dicen en la escuela, la tele, la radio, la casa, como en axiomático catecismo, que la democracia es lo máximo, que es perfecta, que es la voz del pueblo y por tanto la voz de Dios… o algo así. Y que los problemas y sinsabores socio-económicos-políticos se deben únicamente a la distancia que nos separa de la democracia bien realizada. Pero si las elecciones fueran 100% limpias y la voz del pueblo de veras se viera representada, todo sería perfecto.
CLARO QUE NO.