La arquitectura es una disciplina en la que cada estructura ofrece la posibilidad de crear algo completamente único. Pero, en Bélgica esta clase de oportunidad es llevada a otro nivel pues, gracias a las flexibles normas de construcción, en algunos casos los arquitectos y constructores pisan los límites de lo ridículo. Por fortuna, existe Internet y el sentido del humor, por lo que los vecinos no serán los únicos que gocen de un espectáculo tan horrendo.