Si tuviste la oportunidad de manipular una computadora entre 1990 y el año 2000, seguramente recuerdas Solitario. Y quizá jamás te preguntaste quiénes integraron el equipo que desarrolló este juego tan socorrido, es precisamente aquí donde viene una vuelta de tuerca en la historia. Empecemos por mencionar que todo fue trabajo de una sola persona, y el encargado de desarrollarlo no recibió ni un solo centavo por su obra.
El documental web “Diggin’in the Carts”, de libre acceso en Internet y obra de la Red Bull Academy, nos cuenta la historia de los compositores japoneses de chiptune, un proceso de producción de sonido que marcó la banda sonora de la infancia de muchos niños en las décadas de 1980 y 1990.
Esta es la RetroEngine Sigma, una mini-consola de videojuegos que nos trae la nostalgia de 28 consolas clásicas diferentes. Creada como un proyecto en Indiegogo, la idea es que sea una especie de consola definitiva para los gamers más nostálgicos, que ofrezca 15 juegos instalados de fábrica y la oportunidad de agregar más a través de ROMs.
Aunque parezca difícil de creer, Player Two es un cortometraje que nació después de que alguien hizo un comentario en YouTube. El usuario 00WARTHERAPY00 comentó en un video un relato emocionante mostrando que los videojuegos también son capaces de proporcionarnos experiencias que trascienden nuestra comprensión de lo que es real.
En lugar de simplemente incluir la consola de Nintendo en su sistema de entretenimiento, una familia decidió convertir por completo su sistema de entretenimiento en casa en una consola NES gigante.
A mediados de 2015, el investigador y profesor de neurología, psicología y psiquiatría Adam Gazzaley invirtió dos meses jugando videojuegos para someter a prueba su teoría de que el juego puede ser clínicamente tan eficiente como los medicamentos.
