El pasado 10 de febrero un enorme tornado devastó al poblado de Hattiesburg, una ciudad de 52,000 habitantes en el estado de Mississippi (EE.UU.), y sembró el caos en toda su trayectoria. Daño de forma severa muchos hogares, arrancó decenas de árboles, destruyó mobiliario, aplastó coches que se encontraban estacionados y tiró una gran cantidad de postes eléctricos, dejando a los residentes de la ciudad sin energía eléctrica.