Todo aquel dineral que perdiste durante la infancia en los incontables intentos por vencer a las máquinas expendedoras de peluches para ganarte un juguete no se debió a tu mala suerte.
Todo aquel dineral que perdiste durante la infancia en los incontables intentos por vencer a las máquinas expendedoras de peluches para ganarte un juguete no se debió a tu mala suerte.