Una situación tensa que por poco resulta en un desastre tuvo lugar en el aeropuerto de Barcelona el sábado pasado. En un día común de un aeropuerto, decenas y decenas de vuelos llegan y salen en una rutina cotidiana para los controladores aéreos, llegando a ser más estresante durante los días de mayor actividad. Todo se ejecuta con la máxima seguridad para garantizar que no suceda ningún accidente durante los aterrizajes y despegues.
Sin embargo, algunas veces ciertos sucesos pueden tomar por sorpresa a los profesionales del área aeroportuaria y, casi, terminar en tragedia. Fue precisamente eso lo que sucedió en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat, en España.