Elizabeth Raine, una estudiante de medicina, publicó un sitio web donde promueve sus atributos físicos para atraer a compradores millonarios.
Subastar o simplemente vender la virginidad es una práctica que, de forma alarmante, se ha convertido en algo cada vez más común. Las jóvenes intercambian su primera vez por cantidades altísimas de dinero, generalmente anunciando el “negocio” por Internet.