Una mañana de abril de 1974, el señor “Porky” despertó y le susurró a su mujer Patty: “Mujer, prepárate que hoy es el día”. Su mujer le respondió mientras se rascaba la cabeza: “¿Ya pensaste bien lo que vas a hacer?” ¿Qué estaban tramando el señor Oliver “Porky” Bickar y su señora esposa? ¿Un nuevo guion para una película de la Fox? No, de hecho, planeaban fabricar una de las mayores travesuras en la historia de Alaska.