En 1947, el fin del dominio del Imperio Británico en la India resultó no sólo en uno, sino en dos países independientes: la propia India y Pakistán. La división del territorio de la India se basó en la religión, y la separación resultó en la migración masiva de casi 15 millones de personas: los musulmanes de la India fueron a Pakistán y los hindúes y sijs hicieron el camino contrario hacia la India.