Interesante y mórbido, así podría denominarse el trabajo hecho por la periodista Beate Lakotta y el fotógrafo Walter Schels (un matrimonio) quienes acompañaron a enfermos terminales en diversos hospitales de Hamburgo y Berlín entre el año 2003 y 2004.
Entrevistaron a los pacientes para conocer su opinión sobre la muerte. En seguida, les tomaron fotos mientras aún estaban vivos y regresaron para tomar una última imagen después de su muerte.
Hace poco se hizo viral un video de Joaquin Phoenix en el que, al poner la secuencia de imágenes de cabeza, se podía observar con toda claridad un extraño rostro que surgía de entre sus ojos y su frente. Bajo este concepto fue que Anelia Loubser realizó su sesión de fotografías titulada Alienation.
David Walker es una artista «callejero» con base en Londres, entre su portafolio destacan de una forma especial estos hermosos y coloridos graffitis de retratos que adornan algunos espacios urbanos de su ciudad.
Los más interesante de todo esto es que Walker no se limita a los espacios urbanos, aunque en menor medida, también suele plasmar estos característicos rostros en lienzos de tela y en impresiones digitales. Lleva haciendo esta labor desde el año 2008 y en su sitio web se pueden comprar algunas de sus obras
Christian Hopkins tiene 20 años y encontró en la fotografía algo más que una afición, una manera de hacerle frente a su enfermedad. Hopkins sufre de depresión aguda desde hace 4 años y la manifiesta de diversas formas. Una de ellas es a través de estos retratos surrealistas y melancólicos que el joven va creando.
No es el primer caso de personas que utilizan el arte como una vía de escape para ciertos problemas en su vida, ya que es una de las mejores maneras de expresar emociones. Pero resulta especial y sorprendente la forma en que este joven lucha contra la depresión, imágenes que transmiten una gran vulnerabilidad, letargo y soledad (haciéndonos reflexionar con que podría ser cualquiera de nosotros).
Cuando las primeras imágenes aparecieron en la década de 1820, hubo un furor en todo el mundo, porque la realidad finalmente podría ser retratada con más fidelidad. Sin embargo, como la técnica de fotografía todavía estaba en fase de desarrollo, las primeras imágenes demoraban, a veces, horas para ser capturadas por el lente de la cámara.
Las pinturas de Rex van Minnen poseen un marcado estilo renacentista, con un toque casi poético de carnosas ampollas purulentas, grotescas, deformadas, desfiguradas y en descomposición. ¿qué mas se puede pedir a una obra de arte?