La toma de Constantinopla por el Imperio Otomano, hasta la fecha uno de los acontecimientos más relevantes de la historia, fue la máxima expresión de una revolucionaria expansión territorial sin precedentes que arrasó con occidente en el año de 1453. En apenas unos meses, un joven sultán llamado Mehmed II se ganó el título de Mehmed, el Conquistador, convirtiéndose en el hombre más poderoso sobre la faz de la Tierra.
Leer MásEl retrato que puso fin a una guerra en el Renacimiento