Aparición de la señorita Veal

Las circunstancias hacen de este asunto algo muy extraño; yo lo sé por fuentes autorizadas, nunca hubo lectura o conversación que me provocara estas sensaciones. La señora Bargrave, que padeció la aparición de la señorita Veal después de muerta, es mi amiga y en los últimos quince o dieciséis años ha tenido una conducta intachable y bastante normal; ha sido muy criticada, por el hermano y amigos de la señorita Veal, después de esta narración. Creen que es una invención y tratan de desacreditarla de cualquier forma.

cementerio

La señorita Veal tenía treinta años, tenía su casa en Dover, era mantenida por su hermano y durante algún tiempo sufrió de ataques. Era íntima amiga de la señora Bargrave desde la infancia. Su situación económica en esa época era mediana debido a que su padre los tenía abandonados. En cambio, la señora Bargrave vivía con un padre de carácter violento, pero que nunca dejó de proporcionar alimento y vestido a su familia; mientras que la señorita Veal carecía de todo esto. A eso se debía la amistad y consuelo que brindaba la señora Bargrave a la señorita Veal, lo que hizo que la segunda sintiera un gran afecto por la primera.

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Stubbe Peeter

hombre lobo aleman

En un pueblo de Bedburg, Colonia, Alta Alemania; nace y crece Stubbe Peeter quien desde su adolescencia mostró actitudes malignas. Practicaba artes perversas desde la tierna edad de doce años hasta que murió. Todo ese tiempo disfruto en hábitos abominables de magia, nigromancia y hechicería, tuvo relaciones con espíritus infernales y demonios. Sin preocuparse por la salvación, se entrego en cuerpo y alma al diablo para tener una vida llena de placeres carnales. El no pidió al diablo riquezas o poder. Su mente era cruel y sangrienta, el deseaba satisfacer su maldad agrediendo a hombres, mujeres y niños convertido en algún animal. Esto le permitiría vivir sin el temor de ser reconocido.

El demonio pudo reconocer que Stubbe Peeter era un instrumento para destruir y dañar, le obsequio un cinturón que al colocárselo lo cambiaría en un lobo voraz. Una gran bestia y poderosa, sus ojos despedían por la noche chispas igual que las brazas. Tenía un cuerpo robusto, boca grande y amplia que mostraba dientes crueles y filosos. Al quitarse el cinturón, las garras se convertían en manos y recuperaba su forma humana.

Stubbe Peeter estaba feliz. Esta forma satisfacía su capricho y era de una naturaleza cruel y sangrienta. El regalo diabólico no le estorbaba pues era pequeño y se ocultaba con facilidad. Comenzó con sus crímenes, pues todo aquel que le desagradaba recibía sus ataques. Salía de la ciudad el hechicero, se transformaba en lobo y los atacaba, les abría la garganta y destrozaba el cuerpo.

Pronto comenzó a gustarle la sangre humana y sus ataques se volvieron su mayor placer. En muchas ocasiones paseaba por las calles y recibía el saludo de los amigos y familiares de aquellos que asesinaba con tanta crueldad y nadie sospechaba la verdad.

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El chat prohibido.

Un día me dijo que era vidente, y no es que no le creyera, pero me muestro generalmente bastante incrédula respecto a estos temas. Lo que no veo, no existe para mí. No digo que debiera haberle creído sólo porque le estimaba ya que en mi opinión la amistad y la confianza son muy importantes, pero simplemente hice un esfuerzo y le di el beneficio de la duda.

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