Albert Einstein figura como uno de los personajes más emblemáticos en el mundo de la ciencia. Más allá de sus teorías en el ámbito de la física – siendo las más populares la teoría general de la relatividad y la teoría de la relatividad especial -, el genio alemán también se hizo conocido por su activismo político y por su activa participación en la lucha por la igualdad de los derechos civiles entre blancos y negros en los Estados Unidos, país que adoptó como segundo hogar.
Atribuir características inferiores, suposiciones sociales, de comportamiento o definiciones genéricas a una persona tomando como base nada más que su apariencia es una de las definiciones sobre como funcionan los prejuicios y el racismo.
¿Te parece admisible que los presos tengan tiempo íntimo durante el cumplimiento de su condena? Independientemente de si estás a favor o en contra de estas prácticas, resulta muy probable que la historia sobre el origen de las visitas conyugales te resulte una historia digna de colección.
En los albores del siglo XIX, algunos individuos de la clase más pudiente de Europa practicaban una “moda” que consistía en cazar animales en diversos lugares del mundo y llevarlos a casa para usarlos como objetos de exhibición. Lo macabro de esta práctica sucedió cuando un comerciante francés llevó a su lugar de residencia el cadáver de un guerrero africano.
Por perturbador que parezca, la respuesta es sí. Estos establecimientos se ubicaban en países imperialistas de Europa y en los Estados Unidos, y presentaban a personas de diversas etnias enjauladas. Los humanos en exhibición provenían de las antiguas colonias y eran parte de grupos considerados “exóticos” y “salvajes” como los inuit, indios y africanos.
“El mundo se vuelve cada vez más aburrido” es una de las justificaciones más comunes para la cantidad de sandeces que solemos ver hoy en día en Internet (y también en el mundo real). Algunos individuos son incapaces de aceptar que vivimos en un mundo cada vez más libre, y que dicha libertad garantiza que otras personas puedan ofenderse con todo derecho de sus chistes.
