Internet es una herramienta poderosa y maravillosa, fuente de toda clase de conocimiento y, por supuesto, de toda clase de extrañeza también. Hace unos días empezó a divulgarse un video donde aparece una rata tomando un baño, material que ha causado reacciones de alegría y espanto entre los internautas. ¿Ya sabes porqué?
Hace algunos meses se viralizó una noticia sobre un supuesto hallazgo de una diminuta cabeza humanoide en Perú. Ahora se ha suscitado un segundo descubrimiento que poco o nada tiene que ver con la anatomía humana. Hablamos de una mano con tres dedos extremadamente largos, supuestamente encontrada al interior de una tumba inca ancestral.
¿Qué tan lejos estarías dispuesto a llegar por amor? Romeo y Julieta es uno de los ejemplos más clásicos de las locuras que podemos llegar a hacer en nombre de ese sentimiento. La historia de este joven empieza en una plaza pública en la ciudad de Lima, en Perú.
Fue una ciudadela del Imperio Inca, cuya existencia se extendió desde 1438 a 1522 y en su máximo esplendor ocupaba un área al norte de Chile y al sur de Colombia. Situada a unos 110 km de la capital del Departamento de Cuzco, se cree que Machu Picchu sirvió como un centro astronómico, lugar de culto y sitio de descanso del emperador Pachacútec.
Como si el hecho de padecer aracnofobia no fuera suficiente preocupación, un grupo de biólogos que trabajan en Panamá y Perú descubrieron una especie de arácnido de hábitos nocturnos capaz de cambiar su dirección a voluntad durante una caída libre – una adaptación nunca antes vista en las arañas trepadoras de árboles, que proporciona un nuevo enfoque sobre la evolución.
Después de la campaña contra el acoso que consistía en un video de una modelo haciendo una caminata por el centro de Nueva York (por cierto, de la que ya nadie habla) se abrió todo un debate sobre hasta qué punto un piropo o un buenos días deja de ser un acto de amabilidad y se convierte en acoso. Hoy presentamos una campaña del Perú que se titula “Sílbale a tu Madre”, y el objetivo es precisamente crear conciencia sobre el acoso a las mujeres, aunque de una forma un tanto más divertida.
