El análisis de otras lenguas es una de las actividades más asombrosas a la que se puede dedicar un ser humano. Y eso es porque los idiomas son tan ricos y únicos que cada uno posee sus peculiaridades. Por ejemplo, en ocasiones se pueden descubrir palabras interesantes, vocablos que por sí solos definen un concepto para el que, en nuestra lengua, necesitaríamos formar una oración completa.
Obviamente nosotros, los hablantes del castellano, poseemos nuestras peculiaridades, tenemos palabras que harían apoquinar las aspiraciones de aquellos atrabiliarios en el canguelo de una batalla ineluctable, tanto, que hasta terminarían con garrotillo. Pero en este artículo, nos aventuramos a otros lenguajes, otras formas de ver, de pensar y de definir al mundo.