Lucy Scott es una artista norteamericana que siempre tiene lápiz y papel a la mano. Es mediante el dibujo que ella se distrae y registra los instantes de su día. Cuando su primera hija nació, en 2012, no fue diferente: los primeros meses de convivencia con la bebé y la forma en como transformó la vida cotidiana de Lucy y de su esposo fueron debidamente inmortalizados en los trazos de esta mujer.
Cuando la pequeña Honey-Rae vino al mundo, presentó dificultades respiratorias y tuvo que ser transferida de urgencia a una unidad de tratamiento intensivo. Las complicaciones del parto rápidamente fueron mitigadas por el personal médico, pero dejaron marcas.
Al comienzo, y solo entonces, podemos encontrar grandes diferencias entre cómo cuidan a sus hijos papás y mamás. Sobre todo cuando se opta por una lactancia materna, cuando los recién nacidos ocupan de toda la atención, una responsabilidad que generalmente cae en la madre más por razones culturales de una sociedad patriarcal que por cualquier otra cosa.
Los padres y madres toman diferentes decisiones cuando se trata de educar a sus hijos. A la hora de criarlos pueden elegir múltiples caminos: desde las que prefieren amamantarlos hasta que los niños se rehúsan, a las que sugieren que no deberían darle demasiada importancia al asunto. Y están las más estrictas, las que dicen que no hay que proporcionar demasiados estímulos a los niños o las que señalan que los pequeños deben descubrir el mundo por su cuenta. Las posturas son infinitas y este video es una parodia sobre el tema, la intención es llamar la atención sobre la forma en que criticamos al resto, juzgando sus decisiones y actitudes.
Aquí se comprueba el refrán “hijo de tigre, pintito”. Este tipo de fotografía siempre resulta divertido. Las imágenes que muestran retratos de padres, madre e hijos yuxtapuestos nos permiten inferir el poder de la herencia genética.
Resulta muy genial tener uno, dos o más hijos. Hoy estaría absurdamente frustrado si no hubiera conocido al pequeño diablillo que cambió mi vida para siempre. Pero, para los futuros padres y madres, voy a ser directo: tener un hijo es un trabajo infernal.
