El telescopio Hubble, de la NASA, capturó el mes pasado la imagen más grande de la galaxia Andrómeda, en una resolución terriblemente absurda de nada menos que 1.5 mil millones de pixeles. Sólo para que te des una idea, serían necesarias unas 600 televisiones gigantes para reproducir la imagen en su totalidad.
Olvídate de las sillas elegantes y los centros de comando amplios que pueden verse en las naves espaciales de las películas como Star Trek, por ejemplo. El reingreso real a la atmosfera de una nave espacial es bastante aterrador, ruidoso y trepidante. Particularmente en la Soyuz, los astronautas dependen de un paracaídas gigante que se activa de forma automática. Y básicamente es una montaña rusa.
Otro nuevo misterio se ha descubierto en Marte, se trata de una estructura circular de 2 km de diámetro, situada en una enorme planicie de lava, tan lisa como un campo cubierto de nieve. Esta irregularidad se asemeja a una galleta – no mucho, pero el parecido es suficiente para justificar a quienes sufren de pareidolia.
Ahora puedes sentirte todo un astronauta, o por lo menos tener ese gustito de cómo es visitar la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) y asomarse por la ventana para dar un vistazo a esa esfera azul que llamamos hogar.
No se puede simplemente “desconectar” la gravedad. Los cinturones anti gravitacionales sólo existen en el cine y en las historietas. La NASA y otras agencias espaciales se valen de un artificio que permite simular la ausencia de gravedad: la caída libre.
Imagínate que estás subiendo dentro de un elevador y llevas un café en la mano. Cuando el elevador llega al último piso, alguien corta los cables y este empieza una caída hasta el suelo.
Cuando preguntamos a un niño sobre qué le gustaría ser cuando crezca, no es nada raro que escuchemos: “Yo quiero ser un astronauta”. Es una ilusión bastante recurrente en la infancia. La idea de viajar a otros planetas sobre una nave espacial –o ir a la Luna– acostumbra a entusiasmar y estimular la imaginación de los pequeños.
Tristemente, la mayoría de las veces, el niño crece y el sueño pasa a quedar enterrado. Aquellos quienes decidieron ser persistentes con el deseo de convertirse en un astronauta necesitan descubrir lo que deben hacer para especializarse en esa profesión que, sinceramente, es una de las más difíciles para encontrar vacantes y garantizar un futuro próspero.