Si tu vida dependiera de protegerte de un disparo, el sentido común te diría que eligieras un chaleco antibalas con placas de acero y no un líquido. Pero quizá la segunda opción resulte más eficaz – con el líquido correcto, evidentemente.
Si tu vida dependiera de protegerte de un disparo, el sentido común te diría que eligieras un chaleco antibalas con placas de acero y no un líquido. Pero quizá la segunda opción resulte más eficaz – con el líquido correcto, evidentemente.