Los “tatuajes pop-up” asemejan a esos libros desplegables que solían maravillarnos construyendo escenarios al abrir sus páginas. La diferencia es que la magia se produce sobre la piel, a través del movimiento anatómico del cuerpo humano. Este tipo de tatuaje cambia completamente de forma dependiendo si está contraído o estirado, dando lugar a una especie de ilusión óptica.
monstruos
Terrible despertar – Creepypasta
Lo primero que siente al despertar es un intenso dolor. No se trata de una molestia localizada, le duele todo el cuerpo. Un dolor agudo y penetrante recorre cada fibra de su ser. Intenta gritar con las pocas fuerzas que le quedan, pero en lugar de cuerdas vocales siente un extraño vacío. “¿Por qué no puedo abrir los ojos?”, piensa. Todas esas voces y el incesante crujido metálico lo abruman.
El hombre borroso – Creepypasta
En esta ciudad las hojas no crecen en los árboles. Los pájaros tampoco anidan allí. Ni siquiera puedo recordar la última vez que vi una ardilla, y mucho menos escucharla chirriando entre las ramas. Todo por aquí simplemente murió o se secó. Así fueron las cosas desde que apareció el hombre borroso.
Johannes Cuntius: el vampiro de Pentsh
En el siglo XVI, la región de Silesia en Europa Nororiental fue escenario de una extraña historia protagonizada por Johannes Cuntius. Los habitantes de la ciudad de Pentsh eran aterrorizados por un ser abominable. Según los rumores, la aparición de este monstruo estaba vinculada a la muerte de Cuntius.
Mi hija y los zombis – Creepypasta
“¡Papá, papá, vi un zombi!”. Estaba en la cocina preparando café cuando mi pequeña de 7 años llegó corriendo. Atravesó la puerta trasera con tal velocidad que por poco tropieza en el escalón. Vacié el líquido caliente de la cafetera en una taza, y apenas la regresé a ver.
Actos de piedad – Creepypasta
Cuando era pequeña fui criada por mis abuelos. Mi padre se fue mucho antes de que naciera y mi madre, con la intención de que llevara una buena vida, solía laborar dos turnos en días hábiles y uno los fines de semana. Muy pocas veces la veía así que, como era de esperarse, mis abuelos se hicieron cargo.