En teoría, la tecnología ayuda a los humanos a ejecutar o hacer más eficientes las tareas, pero a veces se utiliza para crear cosas que van mucho más allá de la comprensión humana. Cada uno de los inventos de esta lista cumple con estos dos parámetros: nos ayudan a tener y aumentar nuestras pesadillas, al mismo tiempo que promueven en el hombre la comprensión del enorme vacío de aquello que vive entre la vida y la muerte.
Leer Más4 Creaciones históricas y tecnológicas realmente macabras
Martin Molin es un músico sueco que quedó tan fascinado cuando descubrió las máquinas de canicas que decidió fabricar una. Pero este sujeto realmente se tomó las cosas en serio y con 2,000 canicas decidió armar un instrumento musical programable. El aparato consta de 3 mil partes donde se combinan un tambor, un bajo, un vibráfono y otros instrumentos que son impulsados por una manivela.
Si eres uno de esos citadinos imaginando que una granja es un lugar donde las personas celebran la simplicidad y el contacto directo con la tierra, te quedaste en el siglo pasado. En nuestros días, la agricultura moderna y las granjas representan un negocio gigantesco y por eso han adoptado a la tecnología. Esto quiere decir que su trabajo diario incluye máquinas más especializadas de lo que podría imaginarse.
Me da la ligera impresión de que el artista plástico e ingeniero Rube Goldberg (1883-1970) no era para nada un sujeto pragmático. Sus artilugios, casi todos con objetivos mucho más allá de los medios empleados, son la representación física perfecta de aquella máxima de que “no importa el destino, lo importante es el camino”.
A finales del siglo XIX e inicios del XX, la construcción de líneas ferroviarias atraía a buena parte de la mano de obra disponible en todo el mundo. Afortunadamente para aquellos obreros todavía no existía la RU 800S, una máquina monstruosa de 700 toneladas cuya apariencia sugiere que se convertirá en un Autobot de un momento a otro.
Leer MásRU 800S, la súper máquina que construye vías ferroviarias
Si algún lector aficionado a la obra de Julio Verne llegara a visitar la ciudad que lo vio nacer, me refiero a Nantes, en Francia, seguramente se sentiría dentro de un escrito de su ídolo. Y es que en este lugar, capital del Loira Atlántico, se encuentra en exhibición desde el 2007, la obra de François Delarozière y Pierre Orefice: Machines de l’île.
EL GRAN ELEFANTE: Vive en la calle central de las Naves. Este majestuoso animal de 12 metros de altura lleva a bordo a cuarenta y nueve pasajeros. Observamos una auténtica arquitectura en movimiento que surge de una catedral de acero para un sorprendente viaje. Cada salida del paquidermo es un espectáculo único del que todo el mundo puede disfrutar.