Hoy, utilizar un manuscrito de Galileo Galilei para envolver mortadela sería un “sacrílego”. Sin embargo, a principios de 1739 el arquitecto Giovanni Battista Nelli se deparó con este escenario. La peculiar anécdota tiene varias versiones, y entre las más famosas se encuentra la de Giovanni Targioni Tozzetti, un gran médico y naturalista italiano. El siguiente párrafo apareció en un texto publicado por Tozzetti en 1780.