Los disfraces del Manneken Pis

Manneken Pis (13)

El Manneken Pis (en dialecto bruselense Menneke Pis, ‘niño que orina’) es una estatua de bronce de unos cincuenta centímetros situada en el centro histórico de Bruselas (Bélgica) que representa a un pequeño desnudo orinando dentro del cuenco de la fuente. Junto con el Atomium y la Grand Place es uno de los símbolos de la ciudad y una de sus principales atracciones turísticas, simbolizando el espíritu independiente de sus habitantes.

Hay varias leyendas tras esta estatua, pero la más famosa es la del duque Godofredo III de Lovaina. En 1142, las tropas de este chico, de dos años de edad, batallaban contra las de los Berthout, señores de Grimbergen, en Ransbeke (actual Neder-over-Heembeek). Las tropas pusieron al infante señor en una cesta y la colgaron de un árbol, para animarse. Desde allí, éste orinaba sobre las tropas de los Berthout, que terminaron perdiendo la batalla.

Otra leyenda cuenta que en el siglo XIV Bruselas llevaba bastante tiempo sitiada por una potencia extranjera. Los atacantes había ideado un plan para colocar cargas explosivas en las murallas. Sucedió que un niño pequeño llamado Juliaanske estaba espiándoles cuando las preparaban. Orinó sobre la mecha encendida y salvó así la ciudad.

La estatua es vestida en muchas ocasiones con un disfraz, según un programa gestionado por la asociación sin ánimo de lucro Amigos del Manneken Pis, en ceremonias que a menudo son acompañadas por una banda de música. Cuando el chorro del Manneken es conectado de nuevo tras ser vestido, el exceso de presión tras esta abstinencia puede llegar a salpicar a los espectadores, ante el disfrute general.

Es tradicional disfrazar a la estatua, en ocasiones especiales, ya sea para honrar a una determinada profesión o en alguna efeméride señalada. El vestuario actual incluye más de 800 trajes, que en su mayoría se conservan en el Musée de la Ville de Bruselas, ubicado en la Casa del Rey en la Grand Place.

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