Si te dijera que se puede crear una caja repleta de dinero con nada más que madera, posiblemente pienses en todo el proceso que pasa la materia prima para convertirse en papel y luego en moneda corriente. Sin embargo, Randall Rosenthal lo hace de una forma mucho más “directa”.
Toma un bloque de madera, lo esculpe y crea maravillosas representaciones realistas de casi cualquier cosa. A simple vista es imposible darse cuenta de que los objetos no son reales.
El artista de origen británico James Doran-Webb, realizó estas increíbles esculturas de caballos de tamaño real con troncos de madera que recolectó a las orillas de ríos o playas, como parte de una serie continua de esculturas animales.
Fascinado por la representación del movimiento en la escultura, Webb se esfuerza en generar un fuerte sentido de energía y fluidez en todos los animales que elabora.
La estudiante Melanie Hoff realizó un experimento interesante. Ella cubrió una pared de madera con descargas de 15,000 voltios para ver qué pasaba. Después de conectar los cables y encender la corriente, el resultado fue muy curioso, con diseños fractales sobre la madera que se quema.
Leer las etiquetas en los envases de alimentos es útil para identificar qué ingredientes se han puesto en la comida, aunque hay algunas cosas que no vendrán listadas en los paquetes, pero que la mayoría de nosotros comemos todos los días. Echa un vistazo a estas cinco cosas extrañas que, sin saberlo, comemos todos los días …
1. Arsénico.
Muchos de nosotros vemos al arroz bastante seguro y como una comida saludable, sin embargo, algunos estudios han sugerido que también puede contener niveles peligrosos de una sustancia tóxica llamada arsénico. Un estudio ha sugerido que uno de cada cinco paquetes de grano largo de arroz americano contiene niveles potencialmente dañinos de la sustancia tóxica, mientras que otros han informado de la preocupación por los niveles de arsénico en el arroz y la leche de arroz para bebés. De hecho, según las pruebas realizadas por Consumer Reports, las personas que suelen comer arroz tenían un 44 por ciento más niveles de arsénico en sus cuerpos que los que no consumían. Si bien existe un riesgo relativamente pequeño de que una taza de arroz cause un daño duradero, lo mejor sería disfrutar con moderación el popular grano si los informes son ciertos.