Sócrates, a través de la popular frase «yo sólo sé que no sé nada«, sintetizó la necesidad humana por cuestionar todo aquello que nos rodea, incluso lo que tenemos certeza de conocer. Siguiendo esta lógica, ¿alguna vez te has detenido a pensar en que gran parte de las cosas que experimentamos o escuchamos en nuestra vida cotidiana resultan paradójicas? Échale un vistazo a esta lista que terminará dejando tus sesos como pollo KFC.
Evidentemente, uno de los aspectos más divertidos sobre los dibujos animados es que huyen del realismo. Además, entre más se distorsiona la realidad, más divertido es el resultado. Desde animales que hablan, pasando por gente que vuela hasta todo aquello que la imaginación pueda crear. Pero hay un aspecto específico que siempre resulta muy interesante: la lógica y las licencias poéticas que a veces simplemente aparecen porque… bueno, solo porque sí.
Muchas personas se están rompiendo la cabeza con este problema de lógica que apareció en las redes sociales a últimas fechas, aunque ya circulaba desde hace varios meses en Internet. Y es que la peculiaridad de este interesante reto es que las respuestas siempre son diferentes. De hecho, existen tres posibles respuestas al problema, según la lógica que se siga. ¿Puedes resolverlo?
Esta es una de esas pruebas que ves y piensas “está papita”, pero que en realidad puede ser un poco más compleja de lo que imaginas. Bueno, “compleja” quizá no sea una palabra muy adecuada, pero sí es una de esas pruebas que, como se suelen referir, nos hace “pensar fuera de la caja”.
Suponga usted que es un piloto aficionado y se encuentra sobrevolando su avioneta en la frontera entre dos países tan cercanos como distintos: “Veracia” y “Argucia”. En apariencia, las dos naciones poseen los mismos atributos y características físicas: clima, extensión territorial, flora, fauna, etc… pero sus habitantes no podían ser más opuestos entre sí.
Se trata de una aparente paradoja de la lógica postulada en el año de 1945 por un filósofo alemán llamado Carl Gustav Hempel. Esta pone en jaque el criterio de Nicod, postulado por el filósofo francés Jean Nicod, según el cual una hipótesis del tipo “todos los cuervos son negros” se confirma a través de la observación de cuervos negros, se invalida por la observación de cuervos verdes y no se ve afectada por la observación de manzanas de cualquier color.
