Publicado por la revista Cancer, el estudio encabezado por Linda Carlson concluyó que la meditación fue capaz de alterar físicamente las células de los sobrevivientes de cáncer de mama. El proyecto llevado a cabo en el Tom Baker Cancer Center, en Canadá, señala que las técnicas de reducción de estrés y el yoga dieron un seguimiento al tratamiento “tradicional” de la enfermedad.