Me quedé en el sofá, paralizado. Mi mente luchaba por procesar lo que acababa de ver. El abuelo no perdió el tiempo. Con apenas dos pasos acortó la distancia entre nosotros y me levantó, llevándome casi a rastras desde la sala hasta la puerta principal. Sólo llevaba los pantalones del pijama y una playera, iba descalzo. Toda clase de protesta y pregunta era automáticamente ignorada por el abuelo.
hombres lobo
La máscara del abuelo – Parte II
“No dejes que te atrape hablando sobre hombres lobo”. El abuelo se acomodó en una de las esquinas de mi cama. La superficie del colchón cedió bajo su peso. “Este no es un cuento sobre monstruos”. Habían transcurrido varias horas desde que papá se llevó a mamá. Me quedé en la cama, observando el cielo claro desvanecerse hasta convertirse en un manto negro. Fascinado por el brillo de aquella Luna que se hacía cada vez más intensa.
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17 bebés en España desarrollan “síndrome del hombre lobo”
Este crecimiento anormal del vello corporal en el cuerpo de los bebés se debió a un cambio de medicamentos. Al menos 17 niños en España desarrollaron hipertricosis, padecimiento popularmente conocido como “síndrome del hombre lobo”. De acuerdo con el Ministerio de Salud del país, se debió a un cambio accidental de medicamentos comercializados por la empresa farmacéutica Farma-Química Sur.
La histeria colectiva de Hombres Lobo que azotó Europa
Durante el otoño de 1572, tras una serie de misteriosos ataques en un bosque cerca de Dole, Francia, la comunidad de campesinos recibió autorización de la policía para buscar y cazar al supuesto hombre lobo responsable de los actos. El “loup garou” fue visto en muy pocas ocasiones, pero se rumoraba que el animal había desaparecido a varios niños y atacado algunos jinetes que lograron “librarse con gran dificultad”. A los campesinos se les instruyó para “reunirse con palos, picas y arcabuces con la finalidad de perseguir y atrapar al referido hombre lobo en cualquier lugar donde pueda encontrarse, atarlo y matarlo, sin incurrir en ningún castigo o tortura”.