La neozelandesa Holly Spring siempre tuvo la fotografía como un pasatiempo, pero se dedicó de lleno a esta forma visual de arte tras el nacimiento de su hija, quien vino al mundo sin una mano y padeciendo megacolon congénito agangliônico (enfermedad de Hirschsprung). Ella decidió mostrar a su pequeña, a través de las fotos, que no hay límites para lo que puede llegar a conquistar mientras crea en ella misma.