Francisco I. Madero: Lo bueno, lo malo y lo feo

Francisco i Madero
Francisco I. Madero (1873-1913)

LO BUENO: El apóstol de la democracia.

Francisco I. Madero era estudiado, rico y afecto a la bondad. La filosofía espiritista, a la que estaba entregado con pasión, fue determinante para que se dedicara en cuerpo y alma al «bien de la patria». En 1909 publicó el libro La sucesión presidencial en 1910, donde criticaba severamente la dictadura de Porfirio Díaz e invitaba al pueblo a ejercer los derechos políticos que le habían sido arrebatados.

Tras una intensa campaña política y agotar todos los recursos pacíficos en la lucha por el sufragio efectivo y la no reelección, convocó al pueblo a levantarse en armas contra el régimen porfirista el 20 de noviembre de 1910. Con el triunfo de la revolución maderista se logró la renuncia de Díaz, y él mismo ocupó la presidencia a través de elecciones democráticas. Como presidente, se negó a la ostentación, al abuso de poder y al autoritarismo.

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