En Hungría, hoy entra en vigor una medida que obliga a las mujeres a escuchar el latido cardíaco del feto antes de abortar. Es un requisito imprescindible para llevar a cabo la interrupción voluntaria del embarazo, pues un informe médico debe certificarlo. Las mujeres húngaras tienen acceso legal al aborto desde 1950, pudiendo solicitarlo hasta la doceava semana de gestación.