El pasado mes de octubre de 2017, el mundo de la astronomía sufrió cierto revuelo por el descubrimiento que realizó el telescopio Pan-STARRS 1: un misterioso objeto espacial de forma alargada con 400 m de longitud, superior a cualquier otro asteroide o cometa detectado en nuestra vecindad cósmica, visitaba el Sistema Solar.
La muerte de una estrella gigante no se traduce en un desvanecimiento delicado del astro, sino todo lo contrario, el fin de una estrella implica un colapso que da origen a una bola súper caliente de neutrones, un conglomerado que se conoce con el nombre de estrella de neutrones. Sin embargo, en casos extremos donde la estrella posee masa en demasía, se cree que terminan transformándose en un agujero negro – un punto de densidad infinita con un campo de gravedad tan poderoso al que incluso la luz, la cosa más veloz en el universo, no puede escapar.
Científicos del mundo entero, por primera vez en la historia, lograron captar en imágenes la colisión entre dos estrellas de neutrones, un fenómeno cataclismico que se produjo a unos 130 millones de años luz de la Tierra. El evento ha sido denominado GW170817.
La estrella KIC 8462852 se ha convertido en un verdadero enigma para los astrónomos desde que fue descubierta en el 2015, y a lo largo de estos dos años no ha dejado de presentar comportamientos inusuales y desechar teorías que intentan darle una explicación. De acuerdo con un nuevo análisis realizado por un grupo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, en los Estados Unidos, la estrella presentó un comportamiento inusual hace más de una década, una auténtica zancadilla para las teorías actuales sobre la KIC 8462852.
Entre los objetos más extremos y misteriosos del cosmos se encuentran los magnetares. Se trata de objetos astronómicos increíblemente densos, sorprendentemente pequeños y, como su propio nombre lo sugiere, poseedores de una atracción magnética indescriptible.
Nuestra versión interestelar de “La usurpadora”. La historia de Paola y Paulina Bracho tiene algo en común con el Hombre de la máscara de hierro: existe un gemelo malvado. Ahora, un nuevo estudio indica que nuestra estrella madre pasará a formar parte de este grupo. Sí, nos referimos al Sol.
